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Fertiberia prevé invertir unos 1.300 millones para aumentar su presencia en terceros países

Planta productiva de Fertiberia en Puertollano (Ciudad Real)
Planta productiva de Fertiberia en Puertollano (Ciudad Real)

Con una capacidad de producción total de 7,5 millones de toneladas y un volumen de ventas superior a los 1.200 millones de euros, el grupo Fertiberia es el líder comunitario y del norte de África en el sector de los fertilizantes. Desarrolla su actividad industrial en España, Argelia y Portugal, y comercializa sus productos en casi una treintena de países, que suponen las dos terceras partes de su actividad. En menos de dos décadas, lo que eran los restos de un sector en proceso de liquidación, ha pasado a ser una empresa de referencia mundial. Hoy, a corto y medio plazo, el objetivo de la compañía es aumentar su producción, fundamentalmente en países donde exista la posibilidad de utilizar gas natural como el elemento básico que es para la fabricación de abonos. Fertiberia maneja inversiones por un montante superior a 1.300 millones de euros en varios países africanos y en Sudamérica para conseguirlo.

“Somos una multinacional química cuyos beneficios provienen en gran parte de nuestra actividad internacional. El mercado interior es fundamental, pero uno más”, señala el presidente del grupo, Francisco de la Riva. “Nuestra principal actividad es la producción y comercialización de fertilizantes químicos para uso agrícola, aunque la presencia en otros sectores industriales es cada vez más relevante. Por lo tanto, la diversificación del negocio y la presencia en diferentes mercados, por las cuales no dependemos de un único sector o zona geográfica, son dos ejes, junto al esfuerzo en investigación, sobre los que ha crecido Fertiberia hasta ser el grupo líder en el mercado de fertilizantes de la UE y en el área mediterránea, además de uno de los principales operadores del mundo en el mercado de amoniaco y derivados”, agrega.

Corrían los primeros años de la década de los noventa cuando el sector de los fertilizantes afrontaba fuertes convulsiones económicas y batallas accionariales en empresas en reconversión, como Ercros tras la fusión de ERT y Cros, y Fesa Enfersa. El grupo Villar Mir decidió entrar en aquellas firmas arruinadas, que arrastraban un pasivo de unos 30.000 millones de pesetas de las de entonces, a un precio simbólico y, en 1995, puso las bases para la constitución de la nueva Fertiberia.

La primera medida adoptada en lo que iba a ser el grupo fue el desarrollo de un plan de reestructuración que se prolongó durante una década y que se llevó por delante las plantas de Sevilla, Cartagena y la de Sefanitro, en Bilbao.

Dos terceras partes de la actividad del grupo se desarrolla en el exterior

Tras poner la casa en orden, en 2005 Fertiberia inició su gran apuesta por el crecimiento, basada en el proceso de internacionalización. Así, adquirió el 66% de la empresa Fertial en Argelia, con una inversión inicial de unos 160 millones de euros, a la que siguieron otros 160 millones en 2008 para la construcción de otra planta en el mismo país, El Bahía Fertilizer. Con la existencia de importantes cantidades de gas en Argelia como elemento fundamental para la producción de fertilizantes, actualmente el grupo tiene prevista una inversión de otros 300 millones de euros para aumentar la capacidad de su producción de amoniaco en un 40%. En 2009 la empresa entró también en Portugal con la adquisición de la firma ADP por valor de 90 millones de euros.

Hoy, el grupo Fertiberia trata de dar un nuevo impulso a su política de internacionalización con dos argumentos como protagonistas: disponer de materia prima para la fabricación de fertilizantes (con el gas natural como eje) y abordar nuevos mercados desde la cercanía. Para ello analiza posibilidades de asentamiento industrial en varios países africanos donde no solamente exista la materia prima, sino que pueda ser utilizada. Entre ellos figuran Mozambique, Angola y Nigeria.

La otra mirada la tiene puesta en el continente centro y sudamericano. Con los mismos planteamientos de partida, Fertiberia ha convertido a Perú en su principal objetivo para la producción de fertilizantes. Con un consumo interno de unas 800.000 toneladas de amoniaco/urea, el país se perfila también como base para la comercialización en el resto de los países de ese continente. La inversión prevista por la empresa en esta región ascenderá a algo más de mil millones de euros.

A la estrategia de producción en terceros países se suma la política de comercialización del grupo en el exterior. Sobre una producción de 3,9 millones de toneladas de fertilizantes, dos terceras partes se venden fuera de España por un montante que ha pasado de 274 millones de euros en 2008 a los 580 millones de 2012. Entre los compradores más importantes se hallan Francia, con el 17% de las ventas; Marruecos, con el 11%; Reino Unido e Irlanda, con el 7%, igual porcentaje que Alemania. En Portugal, la empresa ADAP controla el 60% del mercado. En Brasil, donde tiene una filial, su presencia no es significativa.

España acapara el 34% de las ventas de abonos y el 53% de nitrogenados

España supone el 53% de las ventas de fertilizantes nitrogenados y, en el conjunto de los fertilizantes, significa el 34%, porcentajes por los que desde el sector agrario se acusa a Fertiberia de oligopolio, algo que la empresa rechaza por considerar que se trata de un mercado abierto a otros fabricantes, así como a las importaciones y donde los precios los marcan las cotizaciones internacionales.

En la política de producción, la estrategia del grupo se centra en dos direcciones. Por un lado, una mejora en la eficiencia, en la que invierte anualmente unos 30 millones de euros, así como en dejar bajo mínimos la tasa de siniestralidad en una actividad donde el riesgo es elevado. Y, por otro lado, la compañía del grupo Villar Mir ha desarrollado una oferta de nuevos productos para la agricultura, la jardinería, así como para la industria, con una inversión de dos millones de euros anuales.

Uno de los puntos calientes en el mercado de los fertilizantes, desde la perspectiva del sector agrario, es el precio, tras el recorrido de la cadena de comercialización desde la importación de un producto o su fabricación en España. Tratar de acortar esa cadena y clarificarla ha constituido uno de los objetivos de Fertiberia en los últimos años, indica Francisco de la Riva, fundamentalmente con la creación o adquisición de canales de distribución pegados al campo en cada región. Así nació Fertiberia Francia y, en España, Fertiberia Castilla y León, Fercampo, Fertiberia Castilla-La Mancha, Fertiberia Andalucía, además de vías de venta sobre la base de los acuerdos con cooperativas de agricultores. El grupo estima que aproximadamente el 30% de las ventas en España ya se hacen vía directa con estas empresas.

Fertiberia dispone de 14 plantas de fertilizantes y productos químicos, de las que nueve están en España, tres en Portugal y dos en Argelia. La compañía cuenta con 2.700 trabajadores y tiene un resultado bruto de explotación de 86 millones, un beneficio de 45 millones y arrastra un endeudamiento de 86 millones de euros.

Pegados al campo

Además de vender abonos, una de las actividades clave de Fertiberia es la política de asesoramiento y de transferencia de conocimiento al sector agrario que desarrolla para lograr una mayor eficiencia en el uso de los fertilizantes con un manejo más eficiente de los mismos y el menor coste posible.

En este marco, el grupo llevó a cabo en 2013 un total de 74 jornadas con la presencia de 4.000 agricultores, además de convenios de colaboración con diferentes empresas e instituciones, ensayos de campo y charlas con responsables de las explotaciones.

A pie de campo, la empresa ofrece a los agricultores la posibilidad de conocer las características de cada explotación con el análisis de suelos gratis para lograr que se lleve a cabo la fertilización que necesita cada superficie y evitar abonar simplemente en función de la tradición, pero sin saber qué tipo de nutriente es el que necesita la tierra en función de cada cultivo.

Para participar en estas actividades, basta con que los agricultores acudan a los distribuidores de los productos de la empresa y soliciten una bolsa modelo donde colocar las tierras con las indicaciones sobre la forma de la toma de muestras en cada finca. Esa bolsa se debe entregar en el establecimiento del distribuidor para su remisión a Fertiberia, que posteriormente comunicará los resultados. En 2013, según los datos manejados por la firma, se han realizado más de 9.000 análisis de suelo vegetal y de agua. Con recomendaciones personalizadas incluidas.

Una tercera vía para apoyar la información en materia de fertilización ha sido la puesta en marcha de la cátedra Fertiberia de Estudios Agroambientales en la Universidad Politécnica de Madrid, donde se celebran cursos y conferencias, y se abordan proyectos de investigación.

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