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Goirigolzarri: “ ¡No miento con estos datos. Escúchenme por favor!”

Los accionistas de Bankia muestran su indignación con insultos y gritos en la Junta

Íñigo de Barrón
Una de las protestas de los afectados por las preferentes.
Una de las protestas de los afectados por las preferentes.Monica torres

Con unas impresionantes medidas de seguridad, que parecían más propias de una cumbre de jefes de Estado, ha tenido lugar este viernes la junta de accionistas de Bankia en el Palacio de Congresos de Valencia. “Hay más gente de seguridad que afectados”, ha dicho una accionista en el turno de palabra. Antes, a mediodía, casi a gritos, José Ignacio Goirigolzarri ha iniciado la junta dirigiéndose a un auditorio de menos de un millar de personas que no han parado de insultarle indignados por las pérdidas sufridas en las preferentes: “Mentiroso”, “ladrón” o “devuélvenos nuestro dinero” han sido los gritos más frecuentes proferidos contra el banquero.

A diferencia de otras juntas de bancos, en la de Bankia apenas hay ejecutivos trajeados si se exceptúan las docenas y docenas de miembros de seguridad. Los agentes han formado cinco líneas de seguridad antes de la entrada a la sala y han pululado después por el interior del recinto para contener a los más exaltados. “No me diga que me calme, que estoy defendiendo mi dinero”, ha gritado una señora vestida con una camiseta de la asociación Adicae contra uno de ellos, que le pedía que se sentase y tranquilizase. Varias docenas de personas de esta asociación se han manifestado antes del inicio de la junta, exigiendo que se devuelva todo el dinero invertido en las participaciones preferentes y que se realice el arbitraje universal para todos los preferentistas.

Miembros de la plataforma Stop Desahucios, en el exterior del palacio de congresos de Valencia.
Miembros de la plataforma Stop Desahucios, en el exterior del palacio de congresos de Valencia.Mónica Torres

La vestimenta informal domina entre el público, incluso entre los asistentes de las primeras filas más cercanos al estrado. En ellas, se han sentado los más adictos a la entidad, probablemente empleados porque han sido los únicos que han aplaudido al terminar el discurso presidencial. El resto, personas de edad avanzada, accionistas forzosos y clientes típicos del perfil de una caja de ahorros, han tratado de interrumpir el discurso del presidente durante toda su intervención. De hecho, en un momento determinado, Goirigolzarri ha llegado a mostrar su cansancio frente a los insultos: “¡No miento con estos datos. Escúchenme por favor!”, ha dicho en el momento en el que ha mencionado las bondades del arbitraje y la devolución del dinero al 75% de los afectados que se sometieron al sistema.

En el turno de intervenciones, la agresividad ha sido enorme contra el consejo, hasta el punto de que el secretario, Miguel Crespo, que ha mantenido una calma envidiable durante la mayor parte de la junta, ha advertido tajante después de escuchar lo de ladrones y caraduras que no se iban a admitir descalificaciones personales. Para evitar que las protestas se repitan, la entidad ha propuesto a la junta cambiar los estatutos para que, en 2015, haya que tener un mínimo de 500 acciones para asistir al evento.

La mayoría de accionistas que ha tomado la palabra ha reclamado su dinero. “Es nuestro, no suyo, y nos han quitado el dinero y la salud”, se ha lamentado una señora. Otros han reclamado un castigo para Miguel Blesa y José Luis Olivas, expresidentes de Caja Madrid y Bancaja. “Si ustedes dicen que no son los responsables serán ellos, porque alguien habrá sido responsable de este engaño”, ha gritado un accionista.

Otros, en su caso familiares de empleados y que han sido excluidos por este motivo del arbitraje, también ha reclamado recuperar su inversión. Frente al tono crítico general, también ha habido quien ha querido reconocer la buena labor de los directivos actuales, aunque han sido recibido con los insultos de la mayoría: “¿Cuánto te han pagado?”, les han gritado. En Valencia, hace dos días que han acabado las fallas, pero en la junta de accionistas de Bankia todavía quedaba pólvora sin explotar y muchos indignados.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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