Gobiernos y PE pactan la nueva norma que pretende alejar a jóvenes del tabaco

Los negociadores del Parlamento Europeo (PE) y del Consejo de la Unión, que representa a los Estados miembros, anunciaron hoy un acuerdo político sobre la nueva directiva del tabaco, que prevé toda una serie de medidas con el fin de alejar a los jóvenes de los cigarrillos.

El pacto, cerrado durante la pasada madrugada, aún debe ser aprobado definitivamente tanto por los Gobiernos de los Veintiocho como por la Eurocámara.

Los cigarrillos electrónicos fueron el último escollo para la aprobación del acuerdo, que prevé una directiva más dura con el sector y que prohíbe el tabaco de sabores y agranda los mensajes de advertencia en las cajetillas.

Estos mensajes deberán incluir en el futuro fotografías que cubran el 65 por ciento de la superficie de ambos lados de las cajetillas, frente a la propuesta inicial que preveía un 75.

Además, exigirá una información más detallada sobre los ingredientes del tabaco.

La directiva prohibirá también todo el tabaco con sabores y los mentolados, aunque el veto a estos sólo se hará efectivo seis años después de la entrada en vigor de la directiva, prevista para mediados del año próximo.

Los negociadores de la Eurocámara urgieron hoy a los Estados miembros de la UE a dar su visto bueno final al texto cuanto antes.

"La nueva directiva de productos del tabaco debe entrar en efecto el próximo año. El tabaco no es cualquier bien, exige protección firme de la salud de los europeos", subrayó Karl-Heinz Florenz, del PPE.

En la misma línea, la principal negociadora del PE, la laborista británica Linda McAvan, pidió que el miércoles, cuando se vuelvan a reunir los embajadores de la UE, se llegue a un acuerdo respetando los compromisos alcanzados hasta ahora.

"Los cigarrillos deben ser lo menos atractivos posible para los jóvenes", añadió Florenz.

El asunto que complicó las negociaciones a última hora fue el de los cigarrillos electrónicos, que finalmente podrán seguir vendiéndose pero serán objeto de regulación.

"El asunto más complicado son los cigarrillos electrónicos que hasta ahora habían existido en la alegalidad. Creemos que ese tabaco no es una medicina como pretenden algunos, aunque reconocemos que pueden ayudar a dejar de fumar", dijo McAvan en un comunicado.

"Nadie quiere prohibir los cigarrillos electrónicos, pero tenemos que asegurar estándares de seguridad", abundó Florenz.

Mientras, el grupo liberal expresó sus dudas sobre ese punto del acuerdo, al considerar que no es lo suficientemente claro y plantea "señales confusas para usuarios y productores".

Según la negociadora de esta formación, Frédérique Ries, con este acuerdo, si tres Estados miembros decidiesen prohibir los cigarrillos electrónicos rellenables, Bruselas podría extenderlo a toda la UE.

Además, los Gobiernos que decidan aplicar normativas que den un tratamiento diferente a los cigarrillos electrónicos que a los convencionales deberán ofrecer "justificaciones legales especiales", añadió la eurodiputada belga.

Para Ries, el Consejo y la Comisión "estaban obsesionados con las cualidades tóxicas y adictivas de la nicotina, que sigue estando en los cigarrillos electrónicos, e ignoraron su valor para evitar el cáncer, enfermedades cardiacas y problemas respiratorios vinculados a los cigarrillos tradicionales".

Los eurodiputados han denunciado en los últimos dos años el cabildeo ejercido sobre ellos por las compañías de cigarrillos electrónicos para evitar que se ponga fin a la desregulación que hasta ahora existía para estos productos.