El Gobierno francés suspende la tasa a los camiones por protestas en Bretaña

El Gobierno francés anunció hoy que suspende la aplicación de una nueva tasa a los camiones que circulan por carreteras libres de peaje y que debía entrar en vigor en enero, ante la virulencia de las protestas registradas en los últimos días Bretaña, en el noroeste de Francia.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que subrayó que se trata de una suspensión y no de una anulación, justificó la decisión para posibilitar un diálogo tanto en Bretaña "como a nivel nacional".

"Suspensión no es supresión", señaló Ayrault en una declaración al término de una reunión con varios miembros de su Ejecutivo y con responsables políticos de Bretaña, donde el pasado fin de semana se produjeron violentos altercados entre las fuerzas del orden y grupos de agricultores que pedían la supresión de esta "ecotasa".

El jefe del Ejecutivo no dijo cuánto durará esta suspensión, más allá de que se tomará "el tiempo necesario", tras constatar que ese impuesto "focaliza todo el descontento".

Su ministro de Transportes, Frédéric Cuvillier, aventuró que "harán falta previsiblemente varios meses de discusión" y consideró que "lo importante es que haya un clima sereno".

Ayrault dio cuenta de algunas líneas para una posible rectificación de la "ecotasa", como una exoneración específica para los camiones que transportan productos agrícolas o pesqueros, y también para regiones periféricas como Bretaña.

La congelación de esta tasa llega tres días después de que su Ejecutivo hubiera dado marcha atrás en otra medida fiscal impopular que se había votado en la Asamblea Nacional la semana pasada, y que preveía incrementar el gravamen sobre ciertos productos de ahorro.

Entre las primeras reacciones, el jefe de la oposición conservadora, Jean-François Copé, se mostró "aliviado" por la marcha atrás de Ayrault, que demuestra haber "escuchado el grito de enfado y de inquietud", en declaraciones a la emisora "France Info".

La patronal Medef, por boca de uno de sus portavoces a la cadena de televisión "BFM TV", consideró que la decisión del Ejecutivo "es la mejor que se podía tomar", y que ahora se va a entrar en una fase de negociación.

Las asociaciones empresariales habían estado en la vanguardia de la protesta, por considerar que el impuesto podía encarecer entre un 5 % y un 10 % los costes de transporte, algo que a su juicio perjudicaría a los productores franceses en relación con las importaciones de países que no están sometidos a ese tipo de gravámenes.

Los organizadores de una nueva manifestación el próximo sábado en Quimper (Bretaña), en la que se temía que hubiera nuevos desbordamientos, señalaron por su parte que mantienen su convocatoria.

El Gobierno francés esperaba obtener hasta 1.200 millones de euros anuales con este impuesto que debían abonar cerca de 800.000 camiones de más de 3,5 toneladas -lo que incluía a unos 200.000 vehículos extranjeros- que utilizan las carreteras hasta ahora de uso gratuito.

Ese dinero se iba a dedicar esencialmente a la financiación de las infraestructuras de transporte, en particular las que menos impacto medioambiental tienen, como el ferrocarril y el barco.

Cuvillier reconoció que ahora se van a tener que buscar otras alternativas presupuestarias para cubrir la recaudación que no se obtendrá con la "ecotasa".