La explosión creativa del diseño español y la gastronomía llega a Tokio
La explosión creativa que surge en España de la relación entre la gastronomía y el diseño protagoniza desde hoy una exposición en Tokio que cuenta con 500 piezas que van desde el botijo y la paellera a los elementos mas sofisticados de las cocinas de los grandes chefs.
"Se trata de promocionar fuera la creatividad española a través de dos disciplinas que están en auge en el mundo", explicó hoy a Efe el arquitecto y diseñador Juli Capella, comisario de la muestra organizada por Acción Cultural Española.
La exposición "Tapas. Spanish Design for Food" se inauguró hoy tras años de preparación dentro de la Semana de los Diseñadores de la capital japonesa y forma parte del programa de celebraciones del Año Dual España Japón.
"Aunque lo parezca no es una muestra sobre comida, es sobre los objetos que la rodean", matizó Capella quien reconoció que eligió la palabra tapas para el título porque "funciona internacionalmente y no hace falta traducirla".
El recorrido, que podrá verse también a partir del 9 de noviembre en Miami (EEUU), esta dividido en tres espacios: la cocina, la mesa y la propia comida.
La muestra cuenta con algunos iconos españoles tradicionales como la bota, el botijo o el porrón, pero aporta la revisión que han hecho de ellos los nuevos diseñadores como Jesús Blanco, Héctor Serrano e incluso la holandesa Marre Moerel.
"Los visitantes se van a sorprender porque descubrirán que son instrumentos y productos muy inteligentes pero que además no nos hemos quedado ahí y las nuevas generaciones han utilizado ese punto de partida para hacer cosas de vanguardia", apuntó el comisario.
A modo de homenaje se ha reunido también algunos de los grandes logros del diseño español relacionados con la gastronomía como la aceitera antigoteo de Rafael Marquina, creada en 1961, la batidora minipimer, inventada en los años cincuenta por Gabriel Lluelles, o el sacacorchos de doble palanca que David Olañeta diseñó en 1932 y que todavía sigue en pleno uso.
Pero la muestra presenta también a los actuales diseñadores industriales, arquitectos, interioristas e incluso bodegueros que en asociación con los grandes cocineros están colaborando en un verdadero auge de la gastronomía española.
"Aquí hay un personaje detonante por su genialidad creativa, que es Ferrán Adriá, y él mismo reconoce que cocinar es diseñar los platos", comentó Capella.
En este sentido, el comisario aseguró que la gastronomía ha animado a la industria del menaje y los instrumentos de cocina a "ponerse las pilas".
El diseñador industrial Eugeni Quitllet, que visitó hoy la muestra, dijo a Efe que él también cree que "lo que realmente es más marca españa es la gastronomía" y que el diseño "se ha acoplado a ese 'boom' dándole soporte fijo y visualización".
Quitllet, uno de los diseñadores españoles mas reconocidos internacionalmente, cree sin embargo la gran creatividad española no ha dado todavía el paso para desarrollarse a nivel industrial.
La muestra sigue muy de cerca el trabajo de investigación, las cocinas y las salas de los grandes restaurantes españoles, como EL Bulli, El Celler de Can Roca, Arzak o Mugartiz.
Así, se pueden ver los utensilios de laboratorio con los que Adriá creo el mítico caviar falso y su spaguetti de un metro y medio de largo, además de los sorprendentes moldes de plastilina con los que el cocinero catalán diseña los prototipos de sus platos.
Del restaurante de los hermanos Roca, coronado este año como el mejor del mundo, se puede ver su sofisticado carrito de postres y los platos angulosos de Luesma & Vega, mientras que del de Juan Mari Arzak, llega su prototipo de vajilla multisensorial desarrollada por Jon Rodriguez.
En el apartado de comida, que cierra la exposición, destacan además de las coloridas paellas y tapas, otros productos intrínsecamente españoles como las aceitunas, los churros y el chupa chups.
"Aunque no lo parezca en un primer momento son muestras de perfecto diseño industrial, y por ejemplo el chupa chups, cuyo logotipo rediseñó Salvador Dalí, es un producto que se exhibe en el MoMa de Nueva York", contó Capella.
En la muestra, que tras su paso por la Semana de Diseñadores de Tokio se podrá ver en la Embajada de España de la capital tokiota hasta enero de 2014, también tienen cabida los vinos.
Eso sí, se han seleccionado cien caldos de bodegas españolas no por su calidad si no por el diseño de las botellas o las etiquetas.
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