El CES cree que asegurar el sistema de pensiones está por encima del pensionista
El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, cree que garantizar el futuro del sistema público de pensiones está por encima de los propios pensionistas y asegura que el debate sobre su sostenibilidad es "incontrovertible", aunque duda de que se deba hacer con prisas.
En una entrevista con EFE, Peña afirma que el sistema "está acosado" por circunstancias como el envejecimiento de la población y el "achatamiento de la población activa", ante lo cual considera que el objetivo del debate debe ser "el mantenimiento del sistema, más que del pensionista".
En su opinión, el buen funcionamiento del sistema de pensiones ha permitido que los jubilados sean el colectivo "que mejor parado ha salido de la crisis", lo que ilustra con el hecho de que la pobreza monetaria afecte al 27 % de la población, pero sólo al 16 % de los mayores de 65 años.
"¿Se puede pagar igual cuando no se tiene dinero que cuando se tiene? ¿Son los pensionistas una pieza separada de la población española? ¿Si pierdo como trabajador tengo que ganar como pensionista?" son algunas de las reflexiones que se plantea ante un debate que desea que sea sereno y razonable.
Peña, que preside el órgano consultivo en el que están representados patronal y sindicatos, entiende las críticas que ha generado la reforma propuesta por el Gobierno, puesto que hace sólo dos años que se acometieron cambios profundos al elevar la edad de jubilación y los años de cotización necesarios para cobrar una pensión completa.
Aquella reforma se hizo con el consenso de los agentes sociales, algo que espera se repita ahora, aunque cree que "no va a ser nada fácil" lograrlo.
Asimismo, señala que el futuro de las pensiones dependerá también en buena medida de la evolución del mercado de trabajo y del crecimiento económico.
A su juicio, costará mucho salir de una crisis durísima en la que se han perdido 700.000 empleos anuales en los últimos cinco años y añade que no cree que los cambios legales puedan por sí solos dar un vuelco a la situación.
"Puede que haya dejado de llover, pero los efectos de la tormenta va a costar mucho arreglarlos", subraya Peña, para quien la situación cambiará en función de la recuperación del crédito y de un cambio en el sistema fiscal.
Al respecto, ha advertido de los peligros de "cronificación" de la desigualdad y la pobreza, porque durante la crisis "no se ha repartido de manera equitativa la desgracia".
Opina que la recuperación también dependerá de un "reforzamiento institucional" de los partidos políticos y las instituciones -entre las que incluye a patronal y sindicatos- para que recuperen su prestigio, un problema "mucho más real que el de la corrupción", que sólo se puede resolver si lo delimitan los propios afectados.
Defensor del diálogo social y la negociación colectiva, ve clave el papel de patronal y sindicatos para mitigar los efectos de la crisis, ya que en sus manos tienen el elemento "que más flexibilidad da al mercado de trabajo que es el convenio colectivo".
Respecto a la reforma laboral, dice que su expectativas "son modestas", ya que "por mucho que la ley se empeñe en animar el mercado laboral importa poco si no hay animación económica".
No obstante, considera que se han frenado los despidos en favor de las suspensiones de contratos y las reducciones de jornada, que era uno de los objetivos de la norma.
Asimismo, se muestra escéptico en cuanto a la afirmación del Gobierno de que con la reforma podrán crearse puestos de trabajo sólo con que la economía crezca al 1 % y se plantea qué tipo de empleo se quiere crear y en qué sectores.
"El conocimiento sigue siendo la primera política de empleo por antonomasia", subraya al defender que el empleo de calidad sólo se consigue si se cuida la educación y la formación.
Respecto a los salarios, considera que España ha respondido con bastante sensatez, lo que ha permitido aumentar la productividad y la competitividad, por lo que tilda de "disparate" que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pida recortar más los sueldos.
Recuerda que en diez años el peso de los salarios en la renta nacional ha caído cinco puntos, por lo que "someter a un mayor castigo" a los trabajadores deprimiría aún más el consumo, un "objetivo contrario al deseado".
En materia fiscal, considera un dislate que se haya aplicado "ante cada agonía una tasa" y aboga por un nuevo sistema "integral, suficiente, equitativo y justo", adaptado a la nueva realidad económica y no basado en la expansión del sector inmobiliario, el crédito y el consumo.
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