Pyongyang lanza su primer ‘smartphone’
El móvil norcoreano ha sido desvelado durante una visita del líder Kim Jong-un a una fábrica
Corea del Norte suele aparecer en los diarios por su programa nuclear, las tensiones con su vecino del sur, sus impresionantes desfiles militares o las extravagancias de su famoso líder Kim Jong-un. Pero esta vez, el país asiático, uno de los más aislados y secretos del mundo, ha sido noticia por otro motivo: el lanzamiento de su primer smartphone, Arirang.
La existencia del móvil, cuyo nombre proviene de una canción popular norcoreana, ha sido desvelada este fin de semana durante una visita de Kim Jong-Un a una fábrica, según ha informado la agencia oficial KCNA.
El mandatario recibió información sobre las “prestaciones, la calidad y el embalaje” de este teléfono que, según varios analistas, usa el sistema de explotación Android de Google y se fabrica, con toda probabilidad, en la vecina China, aliada de Pyongyang. Las fotos difundidas por KCNA muestran a obreros que inspeccionan y empaquetan teléfonos, pero ninguna cadena de producción.
Para algunos expertos, la creación de Arirang es un intento del régimen comunista de Pyongyang de poner coto a la llegada de móviles chinos de contrabando, que permiten llamar al extranjero. Una amenaza para un poder que no quiere dejar ninguna grieta en su férreo sistema de control de la población. Varios analistas sostienen, incluso, que estos móviles permitirán a las autoridades vigilar las conversaciones de sus ciudadanos.
Aunque Corea del Norte sea uno de los países más herméticos del mundo, no es un desierto absoluto en cuanto a tecnologías de la información. Una red intranet fue creada en 2002; algunas agencias gubernamentales tienen su propia página web; los móviles se introdujeron en 2008, a través de una joint venture con la compañía egipcia Orascom; y Pyongyang lanzó su primera tableta, Achim, en septiembre del año pasado.
El acceso a estas tecnologías es, sin embargo, el privilegio de unos pocos, y se hace bajo un control muy estricto de las autoridades comunistas. La intranet no tiene conexión con el extranjero y solo se publican informaciones avaladas por el poder. Internet, tal y como lo conocemos, está reservado a una élite de un millar de personas y el 95% de la población no tiene ni móvil ni acceso a la intranet.
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