El campo argentino regresa a las protestas con una huelga comercial de cinco días
El sector agropecuario argentino dará inicio este sábado a una huelga comercial de cinco días, en protesta por lo que consideran como desatención del Gobierno y ante la enorme brecha entre lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor final.
La medida de fuerza, que se iniciará a medianoche del sábado y concluirá en la medianoche del miércoles, fue lanzada por las cuatro mayores organizaciones agrarias, que en conjunto representan a unos 290.000 agricultores y ganaderos.
La huelga comercial afectará a todos los productos agropecuarios, con la excepción de los perecederos, y, si bien durará cinco días, sus efectos se harán sentir por más tiempo, ya que el jueves y el viernes próximo serán festivos en Argentina.
Los dirigentes agrarios han argumentado que resolvieron convocar a esta medida de fuerza patronal ante la negativa de la presidenta argentina, Cristina Fernández, a concederles una audiencia para expresarle las preocupaciones y demandas del sector agropecuario.
"El Gobierno nos obliga a pasar de las propuestas a las protestas. Una vez más ignora hasta el más sencillo reclamo de diálogo", dijeron el pasado martes en un documento conjunto la Sociedad Rural Argentina (SRA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Federación Agraria (FAA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).
Las cuatro entidades agrarias mantuvieron en 2008 una dura disputa con el Gobierno de Fernández por los impuestos a las exportaciones de granos, conflicto que incluyó varias huelgas de comercialización y bloqueos de carreteras.
Las acciones más recientes del campo habían sido en junio de 2012, con una huelga comercial de siete días, y en diciembre pasado, con un cese de comercialización de ganado.
"A nadie le gusta llegar al extremo de no vender lo que con tanto sacrificio genera. Pero solo hemos obtenido un silencio irrespetuoso como respuesta a los innumerables pedidos de audiencia a la presidenta", insistieron los dirigentes agropecuarios en un comunicado.
Las entidades agrarias se quejan de la "tremenda" brecha que existe entre la "miseria" que cobra el que produce y lo caro que pagan los alimentos en los supermercados quienes los consumen.
Esa brecha, precisaron, es del 300 al 1.200 por ciento en productos de primera necesidad como el azúcar, la yerba, manzanas, peras, arroz, melocotones, ciruelas, lácteos, carnes en general, verduras, cítricos y harina, entre otros.
"La ecuación es nefasta para todos los argentinos: mientras los alimentos viajan de la tierra a la mesa, van desapareciendo agricultores, se concentran en pocas manos los que se llevan la mayor tajada y se encarecen los alimentos que compra el ciudadano de a pie", sostuvieron.
Los dirigentes culparon al Gobierno y sus políticas hacia el sector por la desaparición en la última década de 60.000 productores agropecuarios.
En este contexto, reclamaron la normalización del comercio de granos, eliminar los permisos de exportación y la disminución de la presión impositiva sobre el campo, entre otras medidas.
Argentina es uno de los mayores productores y exportadores mundiales de granos y cerrará esta campaña agrícola con una cosecha de 102,6 millones de toneladas, la segunda mayor de su historia, según datos del Ministerio de Agricultura.
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