Sousa prevé la venta de "dos o tres" empresas del grupo y contempla la salida del concurso
El presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, apartado de la gestión en el marco del proceso concursal al que se ha acogido voluntariamente, prevé la venta de "dos o tres" empresas del grupo por necesidades de circulante, y considera que la salida del concurso es "una opción que no debería descartarse".
En una ronda de entrevistas con varios periódicos de Galicia, Fernández de Sousa señala que "todos" los activos de Pescanova "son buenos" y, por tanto, cualquiera de ellos se podría vender para aliviar las tensiones de tesorería de la multinacional, pero matiza que "trocearla sería matarla".
Hace hincapié en que "todo sigue funcionando bien" en Pescanova; incluso afirma que "ahora hay más orden que antes", y recalca que el grupo "no tiene activos que no se sabe cuándo se van a vender", sino que "los comercializa todos los días".
Asimismo, alude a que la multinacional no tendrá que dedicar "un euro más" para triplicar su cifra de negocio en los próximos diez años.
A toro pasado, Fernández de Sousa, que admite que la deuda acumulada supera los 3.000 millones de euros, entre la matriz y las filiales -"de memoria no me acuerdo", apostilla en una de las entrevistas-, conjetura con que a lo mejor Pescanova habría podido "aguantar" sin solicitar el preconcurso de acreedores.
Si se pidió fue porque la situación de liquidez inmediata de la compañía "no la podíamos resolver", tras frustrarse la venta de Acuinova Chile, "pero lo cierto es que pasó marzo, abril y mayo y hemos aguantado, y eso que no solo nadie nos dio nada, sino que perdimos el seguro de crédito a proveedores", apunta Sousa.
"El estrés de tesorería fue mayor y aguantamos, no sin dificultad y sin disminuir volumen de negocio, aunque vendemos bien. La conclusión es que igual hubiésemos podido aguantar, pero se tomó esa decisión", sintetiza el presidente de Pescanova.
También desvela que en el consejo de administración del 27 de febrero planteó a los accionistas que realizaran las desinversiones que él hizo desde el 4 de diciembre de 2012 como "una situación puente" para "apoyar a la compañía", a lo que estos se negaron y le acusaron de usar información privilegiada.
Por lo demás, Fernández de Sousa dice que no se arrepiente de estas operaciones que no comunicó en plazo a la CNMV, niega que exista una contabilidad B en la compañía, y elude valoraciones sobre el hecho de que pusiera algunas propiedades a nombre de su esposa.
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