El reino mágico de Bob Iger
Disney se dispara en Bolsa gracias al éxito de sus contenidos
El desastroso estreno de John Carter quedó en una anécdota. Un año después, el conglomerado de medios Walt Disney parece más fuerte que nunca. Sus acciones se pagan a un precio nunca visto, tiene el beneficio disparado y en su Reino Mágico conviven ahora Yoda, Iron Man, Nemo y Mickey. Como sucede con otros gigantes de la industria, el objetivo de Bob Iger, su presidente ejecutivo, es seguir reforzando la marca y apostar por el contenido, para lo que está invirtiendo efectivo en masa.
Disney presentó el martes sus resultados trimestrales. Entre enero y marzo ganó 1.513 millones de dólares, un incremento del 32% con respecto al mismo periodo del año pasado. El acumulado de los últimos seis meses es de 2.895 millones, un 11% más. Los ingresos subieron un 10% en el trimestre, hasta 10.554 millones, y un 7% en el semestre, 21.895 millones.
Los 185 millones que perdió hace un año con John Carter, catalogado como el mayor fracaso financiero en la historia de Hollywood, son peccata minuta comparada con la facturación del grupo. Y así lo entiende también Wall Street. Disney es, de hecho, uno de los valores que durante los últimos cuatro años auparon a los índices Dow Jones y S&P 500 desde el fondo hasta los actuales niveles récord. La escalada, en su caso, ha sido del 320% desde mayo de 2009.
La acción de Disney se paga ahora a cerca de 66 dólares. Las cifras del trimestre fueron mejores de lo esperado tanto del lado del beneficio como de los ingresos. Como dicen los analistas al digerir las cuentas, con Iger todo parece fácil. Pero el rendimiento de la compañía no le hace inmune a las críticas. Es un ejecutivo que sufre ataques de forma constante por la elevada remuneración que percibe y por su poder absoluto dentro del grupo.
En el ejercicio 2012, la paga total que recibió el presidente y consejero delegado de Disney ascendió a 40,2 millones de dólares. Puestos a comparar, es una quinta parte de lo que perdió John Carter. Iger es uno de los tres ejecutivos con la remuneración más alta de las cien mayores empresas cotizadas, por encima de los 33,4 millones del jefe de Viacom, Philippe Dauman, y casi duplica la de Rupert Murdoch, su rival de News Corporation.
La compañía responde a las críticas de forma tajante: “Los hechos son irrefutables”. Invitan a mirar la evolución de las cuentas desde que Iger asumió los mandos en octubre de 2005 —también ocupa el asiento que quedó en el Consejo de Administración de Apple cuando murió Steve Jobs—. Si lo que se toma como referencia es su llegada a Disney, el retorno para el inversor fue del 170%. Antes de la gran recesión, las acciones se pagaban a unos 34 dólares.
Los resultados del trimestre reflejan un incremento de las ventas en todas sus líneas de negocio. La división de cadenas de televisión, que incluyen la ABC y la ESPN, subió un 6% en el año, hasta 4.960 millones. Es la más lucrativa. La de parques temáticos y hoteles tuvo un rendimiento incluso mejor, al crecer el 14%, hasta 3.300 millones. La de cine ingresó 1.340 millones, un 13% más, y pasó de perder 84 millones a ganar 118 millones.
Evidentemente, ayuda en la comparación con 2012 el pobre rendimiento de John Carter. Pero los resultados no incluyen tampoco el reciente éxito en taquilla de Iron Man 3, que acaba de estrenarse. Iger, en lugar de embarcarse en operaciones de recompra de acciones como otras compañías, está invirtiendo en la marca y en innovación. Eso se está viendo claramente en la división de parques de atracciones, la que más sufrió durante la crisis financiera.
El pasado octubre Disney anunció la compra de Lucasfilm en una operación valorada en 4.000 millones de dólares. De ese total, 2.000 millones se abonaron en efectivo y el resto en acciones, lo que convirtió a George Lucas en uno de los principales propietarios del conglomerado.
La adquisición de Lucasfilm se suma a la de los estudios de animación Pixar y la editorial de cómics Marvel, también realizadas bajo el mandato de Bob Iger. Esta misma semana, a los pocos días de desprenderse de LucasArts, su negocio de videojuegos, Disney anunciaba un acuerdo con Electronic Arts para el desarrollo de títulos bajo la franquicia Star Wars para consolas y ordenadores.
En la conferencia con los analistas para presentar los resultados, Iger dio a entender que no tiene previsto realizar otra gran compra a corto plazo. “Si lo que me preguntan es si hay otro Pixar, Lucasfilm o Marvel en el horizonte, les digo que no es probable”, remachó. Ahora la prioridad es preparar el estreno de la secuela de la Guerra de las galaxias, que se espera para 2015. Será un año clave para Disney.
El reinado de Iger continuará hasta esa fecha, cuando cumpla una década al frente de la compañía. La idea es que abandone para 2015 el cargo de consejero delegado y mantenga el de presidente para así ayudar a la persona que le suceda en la transición.
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