El Banco de Inglaterra incrementa su poder en una gran reforma reguladora
El Banco de Inglaterra, criticado por no prever la crisis crediticia de 2008, incrementa sustancialmente sus competencias en una gran reforma de los organismos de regulación del sistema financiero del Reino Unido que entra en vigor hoy.
Con estos nuevos cambios, introducidos por el ministro de Economía, el conservador George Osborne, el banco central inglés albergará el Comité de política financiera (CPF), que supervisará el sistema financiero en su conjunto a fin de prevenir y evitar futuras crisis.
Por debajo de este organismo estará la Autoridad de regulación prudencial (ARP) -también en el seno del banco-, que comprobará que los bancos y las aseguradoras tengan suficiente liquidez y capital de reserva.
En tercer lugar, la Autoridad de conducta financiera (ACF) -ubicada fuera de la institución pero también supervisada por el Comité-, protegerá a los consumidores, promoverá la competencia y regulará los servicios financieros específicos, con capacidad para imponer sanciones.
El CPF, la ARP y la ACF sustituyen a la Autoridad de servicios financieros, que regulaba el sector desde 1997 junto con el Banco de Inglaterra y el ministerio del Tesoro, tríada a la que se atribuyen fallos que propiciaron la caída del sector bancario británico durante la crisis de 2008.
La reforma introducida por el Gobierno de David Cameron desmantela el sistema de regulación relativamente permisivo puesto en marcha en 1997 por el entonces ministro de Economía, el laborista Gordon Brown, que dio independencia del Ejecutivo al Banco de Inglaterra.
Sin embargo, los críticos han señalado que la concentración de tanto poder y competencias reguladoras en el banco central, que también determina la política monetaria del Reino Unido, puede socavar su independencia.
Osborne considera que la nueva estructura ofrecerá más protección frente a riesgos sistémicos y evitará la actitud laxa que llevó a la concesión excesiva de hipotecas basura o incobrables antes de 2008.
La crisis crediticia, originada en Estados Unidos, llevó en Gran Bretaña a la nacionalización de Northern Rock y al rescate, entre otros, de Lloyds y Royal Bank of Scotland, aún bajo propiedad parcial del Estado.
La reforma del sistema de regulación financiera que se introduce hoy va acompañada de un endurecimiento de las normas de capital para las entidades y también de las de conducta, tras las diversas multas impuestas a los bancos por manipulación del tipo interbancario Libor y por la venta indebida de productos financieros como seguros de protección de pagos.
El Banco de Inglaterra también verá este año cómo cambia su máximo responsable, cuando el actual gobernador, Mervyn King, sea sustituido en julio por el canadiense Mark Carney, al final de su mandato.
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