Los cofrades de Valladolid no arriesgan las tallas y deciden la suspensión
La ausencia de lluvia e incluso un tímido asomo de sol a las 19.00 horas de esta tarde no ha convencido a la Junta de Cofradías de Valladolid, que por mayoría ha decidido suspender la Procesión General o de la Sagrada Pasión del Redentor, principalmente para preservar el patrimonio artístico de sus tallas.
Los pronósticos de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), con dos horas de antelación y a tiempo real, "no han ofrecido garantías de que no llueva en las tres horas que dura la procesión", ha explicado a Efe el secretario de la Junta de Cofradías, Juan Jesús Marcos, minutos después de tomada la decisión.
"No se trata sólo de evitar daños en las esculturas, sino del hecho de que una procesión de esta magnitud exige una infraestructura que no se puede montar y desmontar en tres horas", ha advertido a la puerta de la iglesia de las Angustias, punto de partida de este desfile, epicentro de la Semana Santa de Valladolid.
La compleja organización de esta procesión, donde desfilan miles de cofrades -mayores y pequeños- con cruces, estandartes, pabellones, hachones y otros enseres propios de este acto de penitencia, también ha influido en una suspensión que, al ser anunciada en las calles por megafonía, ha provocado silbidos de desaprobación y algún abucheo pero también aplausos.
El acuerdo, por mayoría de los miembros del pleno de la Junta de Cofradías, ha sido adoptado media hora antes del inicio de la procesión, durante una reunión de urgencia en la sede de esta entidad.
Miles de vecinos y visitantes, convencidos de la celebración, habían tomado posiciones a lo largo del recorrido, en numerosas calles y plazas del casco histórico de Valladolid, para asistir a la única procesión en España -32 pasos alumbrados, portados y empujados por diecinueve cofradías- que narra la Pasión, muerte y resurrección del Salvador.
Entre las esculturas figuraba una nutrida y selecta representación de la imaginería castellana de los siglos XVI y XVII, con imágenes labradas por Juan de Juni, Gregorio Fernández y Pompeyo Leoni, entre otros maestros que transformaron la madera del pino de la tierra en una catequesis ambulante, mezcla de arte y fe, con crucificados, ecce homo, atados a la columna, dolorosas y yacentes como protagonistas de todos los pasajes de la Pasión.
El Viernes de la Cruz, Santo o de Pasión, la fecha más señalada del calendario litúrgico y turístico en la ciudad de Valladolid, ha quedado empañado por la lluvia, que también ha obligado a suspender esta mañana, aunque de forma parcial, el tradicional pregón por las calles, de cofrades a caballo, del Sermón de las Siete Palabras y a refugiar la celebración de éste en la catedral desde la Plaza Mayor.
No obstante, ha precisado el secretario de la Junta de Cofradías, los pasos permanecen expuestos al culto, devoción y contemplación, según los casos, de los fieles y turistas en las iglesias que son sede de las hermandades penitenciales.
Es la segunda ocasión en los últimos cuatro años que no se celebra la Procesión General debido a la presencia o amenaza de la lluvia, a la que hay que sumar otra en que la planta fue interrumpida una vez iniciada.
La incertidumbre meteorológica no ha empañado, empero, la certeza que para los cristianos representa la Cruz, símbolo de sacrificio y caridad, memoria de pasión, muerte y resurrección, que los imagineros de la Escuela Castellana de los siglos XVI y XVII plasmaron en insuperables esculturas sobrecogedoras por la autenticidad de su expresión.
Valladolid, esta tarde, al igual que numerosas poblaciones de España ha asistido a la paradoja de tener que guardar a los santos debido a una lluvia molesta e inoportuna desde el punto de vista turístico y económico, cuando no hace tanto se bajaban de las peanas para impetrar en rogativa el agua necesaria para los campos.
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