El cubano Alexandre Arrechea reinventa los edificios más famosos de Nueva York
El artista cubano Alexandre Arrechea ha reinventado los edificios más famosos de Nueva York con diez grandes esculturas que se exhiben en la elegante Park Avenue para abordar temas como el poder y el fracaso a través de la arquitectura más emblemática de la ciudad de los rascacielos.
El Chrysler, el Empire State o el Flatiron son algunos de los edificios que se han ido instalando de forma progresiva en "No Limits", una exhibición al aire libre que alberga esculturas de acero que llegan a alcanzar los siete metros de altura.
"Mi escultura preferida es la del edificio Helmsley, representado en forma de serpiente que se devora la cola, una de las metáforas que mejor se adapta a esta ciudad que está constantemente intentando transformarse a sí misma", explicó a Efe el artista cubano.
Hasta el próximo 9 de junio, desde la calle 53 hasta la 67 de Park Avenue, turistas y neoyorquinos podrán disfrutar de piezas como la del edificio Chrysler, representado en forma de serpiente saliendo de un rollo de película, o el Citigroup, esculpido sobre una peonza como la que los niños arrollar con una cuerda para lanzarla y hacerlo bailar.
El Empire State, el rascacielos más famoso de Manhattan, tampoco falta en esta exhibición, aunque representado de una peculiar manera: con una especie de manguera de incendio enrollada en forma de pentágono.
"Quería relacionar el Empire State con el Pentágono de Washington, dos edificios de mucho poder que contienen a la vez la idea del miedo", explicó el cubano.
Otra de las esculturas que se exponen es la del edificio del Palacio de Justicia de Manhattan que Arrechea modeló sobre una barrera para el paso de vehículos, pues en su opinión, la ley actúa de una manera "muy parecida".
"La ley permite unas cosas y otras no. Si se levanta la barrera te permite el paso y si la baja no", explicó.
A través de su trabajo, Arrechea, uno de los fundadores del colectivo de artistas cubanos "Los Carpinteros", busca dialogar con el público sobre el control, el poder o la vigilancia, unos valores que a su juicio representan estos iconos arquitectónicos.
"Cada una de las esculturas que he traído tiene una historia particular que se puede aplicar no solo a Nueva York, sino también a todas las grandes ciudades del mundo", afirmó.
Además, "No Limits" tiene su origen en el principio de "arquitectura elástica" que el artista abordó en un proyecto anterior en el que diseñó una casa que iba cambiando su aspecto al compás de la evolución del Dow Jones, el índice de Wall Street que agrupa a treinta de las mayores empresas cotizadas en EEUU.
En aquel trabajo la arquitectura reaccionaba a la economía, pero con esta nueva exhibición quiere demostrar que cualquier evento puede influir en la arquitectura.
Desde pequeño, este cubano de 43 años sintió pasión por las grandes edificaciones y aunque nunca estudió arquitectura, la curiosidad siempre ha sido el motor de su carrera artística.
"Vengo de un país muy emblemático a nivel arquitectónico. Nací en Trinidad de Cuba y desde niño estuve impresionado por la magnificencia de los edificios de mi ciudad. Ahí puede ser donde empezó todo", señaló.
Su trabajo también ha estado influenciado por la arquitectura de La Habana, donde se graduó en el Instituto Superior de Arte, y Madrid, su lugar de residencia en los últimos ocho años.
Pero según confesó el cubano, cuando llegó a Nueva York hace tan solo unos meses para desarrollar este proyecto descubrió "un espectáculo visual".
Las diez esculturas expuestas en pleno centro de Manhattan, de unos de 6.000 kilos cada una, se pondrán a la venta a través de la galería de arte Magnan Metz junto a otras obra del artista de menor tamaño.
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