El Gobierno recurre por primera vez al patrocinio para financiar una cumbre

Las restricciones presupuestarias han llevado al Gobierno a recurrir por vez primera al patrocinio para financiar parte de las actividades organizadas en Cádiz con motivo de la Cumbre Iberoamericana, en la que colaboran cerca de cuarenta empresas privadas.

Casi el 90 por ciento de estas empresas, según han explicado a Efe fuentes de la organización, han hecho aportaciones en especie, prestando de forma gratuita sus productos y servicios, y no se contará con datos definitivos de las contribuciones económicas hasta que se cierre en enero la memoria económica de la cumbre.

Entre las principales colaboraciones destaca, por ejemplo, la de Audi, que ha cedido alrededor de 160 vehículos para los desplazamientos de las veintiuna delegaciones iberoamericanas que se encuentran estos días en Cádiz.

La empresa, añaden las fuentes, se encarga también del mantenimiento y la limpieza de los vehículos y Cepsa suministra de forma gratuita el combustible que necesitan.

FCC, por su parte, se ha encargado de rehabilitar y acondicionar la antigua estación de tren de Cádiz, donde se ha instalado el comedor en el que se sirven almuerzos y cenas para las delegaciones y para el millar de periodistas acreditados.

Otra contribución importante ha sido la de Acciona, que ha facilitado parte del mobiliario y ha realizado la cartelería para esta cita, mientras que Renfe ha fletado varios trenes para trasladar a los asistentes a la cumbre que no han viajado en avión.

Con el patrocinio privado, el Ejecutivo ha conseguido también, por ejemplo, no gastar un euro en refrescos o vino, y contar gratuitamente con la tecnología necesaria para ofrecer una versión en audio de la página web oficial de la cumbre.

Según anunció el pasado mes de mayo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al presentar los presupuestos de su departamento para este año, el Gobierno preveía gastar 4,9 millones de euros en la Cumbre de Cádiz, la mitad que en la última reunión de este tipo que acogió España.

La Cumbre Iberoamericana que tuvo como escenario Salamanca, en 2005, costó 9,5 millones de euros.