Confusión en Grecia sobre las negociaciones del nuevo paquete de austeridad
Las negociaciones entre la troika, el Ejecutivo de Andonis Samarás y los tres partidos que sustentan al gobierno -el conservador Nueva Democracia, el socialdemócrata Pasok y el centroizquierdista Dimar- continúan este jueves a varias bandas.
El objetivo es superar las divisiones generadas por las medidas para una mayor flexibilidad laboral que exigen los acreedores de Grecia.
El Gobierno heleno y los representantes de la troika -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- se acercaron ayer tanto a cerrar un acuerdo sobre las medidas de ahorro, que incluso se produjo un anuncio oficial por parte de Atenas, que tuvo que ser luego corregido desde la Unión Europea.
El portal informativo In.gr, uno de los más importantes del país heleno, ha asegurado que el Ejecutivo de Samarás estaría barajando continuar las negociaciones con la troika incluso sin el apoyo de alguno de sus socios, pero eso dificultaría la aprobación parlamentaria del paquete.
El mensaje del gobierno, según el diario "Naftemporiki" que cita a fuentes oficiales, es que "no puede haber más retrasos" en la aprobación del nuevo programa de ajuste, después de cuatro meses de negociaciones y si se quiere que el Eurogrupo del 12 de noviembre pueda aprobar la concesión de un nuevo tramo de financiación.
Pero los socios progresistas del gobierno, en especial Dimar, siguen reacios a incluir en el paquete de recortes del gasto público nuevas medidas de flexibilización laboral que consideran no tienen nada que ver con el ajuste fiscal.
Así las cosas, no sólo se desconoce cuándo se votará el paquete en el Parlamento griego, ni siquiera está claro qué tipo de texto presentará la delegación griega en la reunión del grupo de trabajo del Eurogrupo, que comienza hoy en Bruselas.
Aún así se han percibido ciertos progresos en las negociaciones dentro de la coalición tripartita y en la mañana de este jueves, Zeodoros Margaritis, miembro del comité ejecutivo de Dimar, suavizó el tono categórico con que su partido había rechazado la última propuesta de la troika.
"Creemos que los compromisos son parte de la vida. Lo que queremos es ejercer una presión positiva en el gobierno", explicó en declaraciones al canal ANT1, aunque precisó que "aún se puede mejorar" el acuerdo, por lo que cree necesario "seguir negociando" con la troika.
Una de las peticiones de Dimar es que el paquete de recortes se vote, junto al presupuesto, por un lado, y la reforma del mercado laboral, por otro, de manera que los 16 diputados del partido centroizquierdista, y probablemente también los 33 del Pasok, puedan ejercer su voto en contra sin poner en peligro la aprobación del grueso del plan de ajuste.
Algunos medios, como el diario 'Kathimerini', dan por hecho que será así, mientras que otros aseguran que parte del gobierno desea incluir todas las medidas en el mismo paquete, como estaba previsto al inicio.
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