El Cipotegato se descubre e inicia, a tomatazos, las fiestas de Tarazona
La figura arlequinada, emblema ilustre de Tarazona, ha salido puntual a las 12 de la mañana al encuentro de sus vecinos para correr cerca de un kilómetro esquivando tomates, empujones y agarrones, aunque protegido en todo momento por su cuadrilla.
Se calcula que en esta peculiar guerra de tomates se han utilizado unas quince toneladas de este fruto.
Tras diecisiete minutos y después de recorrer la calle Mayor, la calle del Carmen, Trascolegio, la Silla Baja, el Arco San Ginés, calle de Burriana, calle de Tudela, calle de Arenales, avenida de Navarra, plaza de san Francisco y calle de Biscos, ha llegado de nuevo a la plaza consistorial donde a hombros ha conseguido llegar a la estatua que representa al simbólico personaje.
La identidad del corredor, que ha permanecido oculta tras la máscara durante todo el recorrido, se ha revelado cuando tras recobrar un poco el aliento en el Ayuntamiento ha salido con el resto de los "viejos cipotegatos", y rodeado de su familia y amigos.
Se trata de Pablo Escribano, un joven turiasonense de 27 años, que no ha podido contener las lágrimas.
Pablo ha asegurado que ha sido un "momento indescriptible, un momento soñado", una carrera que "no se olvida" con la que "soñaba desde pequeño", puesto que fue su padre, Luis Escribano, quien comenzó la tradición de representar al Cipotegato por sentimiento y sin cobrar.
Luis Escribano ha relatado que antaño la figura del Cipotegato no era "lo suficientemente respetada" y que para representarla incluso "se pagaba a alguien", pero este firme defensor del arlequín tomó la decisión hace 28 años de salir a correr sin cobrar por ello y defender la figura del ilustre personaje.
"Y 28 años después la historia se repite", ha dicho Pablo, un Cipotegato que no ha podido reprimir las lágrimas mientras relataba cómo ha superado la carrera del recorrido y cómo ha subido "agotado" a la estatua.
Pablo, que no veía el momento de recuperarse de una lesión de rodilla que sufrió hace un tiempo y que ponía en peligro su sueño, ha dicho que llegaba "en muy buenas condiciones", aunque nunca hubiera imaginado que "un kilómetro podría ser tan duro".
Este particular acto, que deja las calles del centro de Tarazona teñidas de rojo tomate da paso al inicio de la fiestas patronales del municipio en honor a San Atilano, que durarán hasta el 1 de septiembre, fecha a partir de la cual el próximo Cipotegato, el que era sustituto este año, empezará a preparar su carrera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.