El Gobierno Vasco rechaza el aumento de la velocidad máxima en carretera
López, en una entrevista con Efe, ha analizado la trayectoria en el trabajo contra los accidentes de tráfico en Euskadi que ha conseguido desde hace años colocar a la Comunidad Autónoma en unos niveles de siniestralidad "muy bajos", homologables a países del norte de Europa.
Ha explicado que, por ejemplo, hasta ahora este año han fallecido en las carreteras vascas 34 personas, frente a las 42 que murieron en el mismo periodo del año anterior.
López ha recordado que uno de los factores determinantes en la importancia de las lesiones que se sufren en las carreteras es la velocidad y que el estudio Nilsson afirma que un incremento de la velocidad en un 5 por ciento provoca un incremento del 20 por ciento de los accidentes mortales.
Por ello, no ve conveniente abrir el debate sobre la posibilidad de elevar la velocidad máxima en autopistas y autovías a 130 kilómetros por hora, algo que no descarta la Dirección General de Tráfico, porque "la obligación" de los poderes públicos es "hacer bajar la siniestralidad y está demostrado que al aumentarla, crece".
Reconoce que si la DGT decide cambiar los límites de velocidad en Euskadi se "tendrá que asumir", pero ha insistido en que "el problema no es el límite de velocidad. Da igual el límite que haya si no hay vigilancia y control".
López aplica esta reflexión a la decisión, prácticamente tomada por la DGT, de reducir de 100 a 90 kilómetros por hora el límite máximo en las carreteras convencionales, y ha recordado que la Ertzaintza lleva años trabajando en estas vías que son en las que se producen los accidentes más graves.
"La vasca fue la primera administración que centró muchos esfuerzos en la vigilancia y el control en la red secundaria de carreteras y el resultado ha sido muy bueno", ha recordado.
La directora de Tráfico del Gobierno Vasco ha insistido en que "da igual que el límite esté en 80, 90 o 100 kilómetros por hora si nadie lo vigila", y ha aclarado que esto no significa más multas, sino "estar presentes en las carreteras, que se vean a los agentes y que estos elaboren informes sobre el estado de las infraestructuras" para conseguir una mejora continua.
Sobre el anuncio del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, de implantar ya este año la velocidad variable, por tramos y en función de las condiciones de las autopistas y autovías, López ha dicho que lo complicado de esta medida es hacer una "gestión eficiente" de la misma.
"No puede llegar a darse que haya conductores que salgan a la carretera y no sepan a qué velocidad tiene que circular en ese momento", ha explicado.
Parte de la base de que el conductor "ni quiere matarse ni quiere infringir" las normas de tráfico, por lo que las administraciones tienen que "informarle adecuadamente para que no tenga que estar continuamente tomando decisiones" al volante.
López, tras insistir en que no se debe "confundir al conductor", ha señalado que con el objetivo de informar al conductor el Gobierno Vaco ha optado por colocar en los radares fijos el límite de velocidad al que salta, una medida que están adoptando otras administraciones, lo que se une a las señales que anuncian el dispositivo y que demuestran que el "afán de estos dispositivos no es recaudatorio".
"El objetivo en ningún caso es sancionar más sino sancionar bien", ha subrayado la directora, quien ha destacado que se ha agilizado mucho el procedimiento para que quien comete una infracción que afecta a su seguridad reciba lo antes posible la multa.
Según la directora, si un conductor hace un trayecto habitual y pasa por un punto a 160 kilómetros por hora "y se está jugando la vida" no es lo mismo que la administración se lo diga inmediatamente que a los seis meses "con diez multas, con lo que también se estaría jugando con su bolsillo".
La directora de Tráfico se ha referido a los "puntos negros" en las carreteras y ha recordado que la gestión de esta materia corresponde a los titulares de las vías, las diputaciones, y que el Gobierno Vasco lleva tres años "intentando unificar el criterio".
Por último, ha reconocido que el Gobierno Vasco va a "evaluar profundamente" el impacto de la crisis en la movilidad, ya que se va a producir un envejecimiento del parque automovilístico, con lo que ello conlleva.
López ha dicho que es un hecho que cada vez se compran menos vehículos nuevos y que, incluso, el efecto de la crisis también está afectando al "mantenimiento de los vehículos", de manera negativa.
Por ello, el Gobierno Vasco se mantendrá atento a los efectos de la crisis en la seguridad vial que también puede provocar que se use menos el coche con el fin de ahorrar.
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