Los jornaleros que ocupan una finca militar opondrán resistencia pacífica al desalojo
En una asamblea liderada por el sindicalista Diego Cañamero, los jornaleros decidieron esperar a las Fuerzas de Seguridad del Estado en un descampado rodeado de varios árboles en el que han instalado quince tiendas de campaña y algunos toldos con la cocina y las mesas para comer, todo lleno de polvo por el fuerte viento del sureste.
"Tierra y libertad" fue el lema más coreado por los jornaleros, que esperarán a que los agentes les introduzcan en los furgones policiales sin ejercer violencia porque su enemigo "es el paro y la pobreza", no los policías, ha precisado Cañamero.
Después volverán a ocupar la finca, una yeguada militar de 1.200 hectáreas de secano que sólo se siembra de cereales para obtener ayudas de la UE de 300 euros anuales por hectárea, según dijeron a Efe los jornaleros.
Los concentrados en la finca han insistido en que por "cada desalojo habrá una ocupación" y han subrayado que "Las Turquillas", que reivindican desde hace diez años, debe ser para los trabajadores porque en la comarca de la finca el paro se eleva al 40 por ciento, según Cañamero.
El diputado de IU, alcalde de Marinaleda y también dirigente del SAT Juan Manuel Sánchez Gordillo estuvo en la finca, aunque no participó en la asamblea, que pudieron seguir de cerca dos agentes de la Guardia Civil, quienes luego hablaron con los líderes sindicales para explicarles que el plazo para desalojar la finca había expirado a las 12.00 horas de hoy.
Los jornaleros han asegurado a los periodistas que han limpiado de ramas y rastrojos unas tres hectáreas de la finca y que han cultivado parte de ellas en el entorno del recinto militar en el que hay varios caballos y militares.
Uno de los jornaleros ha destacado que la base de dos metros de altura de piedras que rodea la bandera española de la construcción militar estaba destrozada, lo que, a su juicio, era un síntoma del "abandono" de la finca por la importancia que los militares otorgan a la enseña nacional.
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