García Sieiro pide a la industria de Defensa realismo para negociar contratos

García Sieiro se ha expresado en estos términos durante la conferencia que ha impartido dentro del curso "La industria de Defensa en un escenario de crisis económica" en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP).

El responsable de Armamento se ha referido a los contratos que el Ministerio mantiene con empresas del sector, al que adeuda unos 11.000 millones de euros en 2012, según ha calculado.

A su juicio, las negociaciones para que estos acuerdos se cumplan deben hacerse desde el "realismo" por la coyuntura económica actual, que "va a durar entre diez y quince años" más, ha dicho.

No obstante, ha matizado que estos compromisos no pueden calificarse como deuda, ya que, según ha explicado, no han "recibido" aquello por lo que debían pagar y, por lo tanto no ha habido incumplimiento por parte del Ministerio.

En declaraciones a los periodistas antes de su exposición, ha destacado que la cuestión clave para cuadrar las cuentas de Defensa no es realizar una "reducción" extra a la que ya se ha producido sino recibir, por parte del Gobierno, la cantidad que "se debe" al departamento para que tenga cubierta su actividad.

"No se trata de una reducción sino de adecuar las necesidades con las posibilidades", ha resumido.

Pese a la situación deficitaria del Ministerio, García Sieiro ha defendido la validez del "procedimiento" por el que Defensa se abastece, siempre a través del Ministerio de Industria, que adelanta a las empresas la mitad del total del coste.

"El procedimiento no ha entrado en crisis, entran las personas", ha especificado.

Sin embargo, ha reconocido que existe un "problema de compensación" en este sistema, ya que la Administración se convierte en "deudora y acreedora" al mismo tiempo.

Frente a estos problemas, ha planteado como posibilidad reducir las capacidades del Ministerio "en todos los ámbitos", así como "mejorar la gestión" de los grandes programas, aunque ninguna de estas opciones pasa por reducir el gasto departamental ya que, en su opinión, esto no puede calificarse como "deuda" sino como "inversión".

Por este motivo, ha defendido que se produzca un inversión en sostenimiento, que ha definido como "el negocio del futuro en Defensa", frente a la renovación o adquisición de nuevos equipos.

Ha justificado esta apuesta en base a las características del sistema actual, que "se construyó bien" y ha proporcionado "capacidades de primer nivel mundial" al sistema español, aunque ha puntualizado que la disponibilidad del Ministerio puede durar sólo "una temporadilla".