Díaz Ferrán culpa a su socio Gonzalo Pascual de los problemas de Marsans
El empresario declara en la Audiencia por un supuesto delito de malversación Asegura que él solo era responsable del transporte por carretera del grupo Los dos se contrataron en la empresa dos meses antes de quebrar y cobraron finiquito
El expresidente de Marsans, Gerardo Díaz Ferrán, ha acusado a su socio, Gonzalo Pascual, de ser el responsable del deterioro de las cuentas del grupo, en suspensión de pagos (ahora conocido como concurso de acreedores), durante su declaración en la Audiencia Nacional. Díaz Ferrán está imputado junto a Pascual, que ayer compareció también ante el juez Santiago Pedraz, por un supuesto delito de malversación de fondos, ya que se les acusa de apropiarse del dinero de las reservas de la agencia antes de que la empresa quebrara en junio de 2010. Sin embargo, el empresario ha negado la malversación y ha vinculado los problemas que sufrió Marsans con la mala situación económica originada por el cierre de Air Comet y la asfixia económica que derivó del deterioro de su imagen registrado a partir de sus pugnas con la IATA.
Díaz Ferrán, que compaginaba su puesto al frente de Marsans con el cargo de presidente de la patronal CEOE, ha asegurado que tenía pocas funciones ejecutivas en la empresa pese a que ambos eran administradores solidarios de la misma. Por este motivo, ha añadido, no estaba al día de las cuestiones financieras del grupo ni conocía el destino del dinero que se recaudaba con la venta de los billetes, cuyas reservas habrían ido a parar a fines diferentes que a abonar los pasajes, según sostiene el fiscal. De hecho, el empresario ha defendido que él solo era responsable del transporte por carretera de Marsans y que Pascual gestionaba la división de transporte aéreo.
En cuanto a las explicaciones sobre el motivo de los impagos que ha dado el antiguo propietario de Marsans, empresa que fue vendida tras declararse en concurso a la sociedad experta en quiebras Posibilitum, Díaz Ferrán ha dado una versión diferente que la que ayer ofreció Pascual. Así, si su socio acusó a la banca de provocar los impagos, el expresdiente de la empresa ha apuntado a la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
Según el relato de los hechos que ha hecho Díaz Ferrán, el aval de 20 millones de euros que solicitó la IATA en abril de 2010 para poder seguir emitiendo billetes empeoró los problemas financieros que arrastraba Marsans tras la quiebra de Air Comet meses antes. El cierre de esta aerolínea en diciembre de 2009 tuvo lugar después de que un juez británico ordenara el embargo de su flota de 13 aviones por no pagar un crédito de 17 millones de euros con el banco Northern Bank.
Esta sucesión de problemas, ha continuado el antiguo responsable del grupo turístico, desencadenó una pérdida de confianza con los clientes, los proveedores y los bancos que acabó derivando en una asfixia económica de la compañía que, en última instancia, provocó el concurso. Díaz Ferrán ha declarado que, a partir de ese momento, el dinero de la empresa se dedicaba a pagar a los proveedores y a satisfacer deudas en general, y que por tanto no hubo malversación. También, ha asegurado que él no se llevó nada de la venta de billetes, un área que, ha reiterado, era responsabilidad de Pascual.
El empresario niega la malversación y asegura que el dinero se destinó a pagar a acreedores
Según el fiscal, los fondos desviados por los dos empresarios ascenderían a 4,4 millones de euros. Junto a ellos está imputado Iván Prado, que es el representante de Posibilitum en Marsans, cuya deuda total ronda los 400 millones de euros. En el concurso se han presentado 4.700 afectados, aunque están apareciendo más, que son los que presentaron denuncias contra la agencia en los diferentes organismos de consumo de las comunidades. Sobre este extremo, varios juzgados que también tienen pendiente denuncias de clientes contra la antigua empresa de Díaz Ferrán se están inhibiendo en favor del juez Pedraz.
Por otra parte, según informa hoy Cinco Días, los dos expropietarios de Marsans se dieron de alta como trabajadores de la compañía apenas dos meses antes de la quiebra con un sueldo de 20.555,21 euros al mes, lo que les permitió aspirar a una jugosa indemnización, de acuerdo con el informe de calificación de los administradores judiciales de la empresa.
Díaz Ferrán y Pascual se sumaron a la plantilla de Viajes Marsan el 1 de abril de 2010 y se asignaron un sueldo mensual de 20.555,21 euros, que cobraron durante dos meses. Seis días después de que se anunciara la venta del grupo a la sociedad Posibilitum, los empresarios rescindieron su contrato, cobrando un finiquito de 18.168,19 euros cada uno.
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