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El precio de la vivienda acelera su desplome con una caída del 6,8%

El valor de las casas baja con la intensidad de 2009, el peor año de la crisis

Lluís Pellicer

El sector inmobiliario español siguió en 2011 navegando con prácticamente todos sus motores parados. En un país con una marea de más de 700.000 viviendas sin vender, la actividad se desplomó con una virulencia que solo había experimentado en 2009, que de momento sigue siendo el peor año de la crisis inmobiliaria. La construcción de pisos continuó bajo mínimos y las compraventas se desplomaron a una cuarta parte de las que se registraba durante el boom. La industria, además, se quedó sin combustible con el cierre crediticio, a la par que la morosidad del sector siguió creciendo.

Todo ello ahondó en el derrumbe de los precios, que recuperó la intensidad del primer trimestre de 2009. Según el Ministerio de Fomento, en el último trimestre del año las viviendas perdieron el 6,8% de su valor respecto al mismo periodo del año anterior. En términos reales, teniendo en cuenta la inflación, el descenso fue del 9,6%, y desde que estallara la burbuja en 2008, el precio de las viviendas libres ha descendido el 19,1%. Lo han hecho tanto las viviendas de obra nueva, que se han devaluado el 18%, como las de segunda mano, que se han abaratado el 20%, aunque el sector sigue quejándose de que las estadísticas no recogen las rebajas reales, que sitúan alrededor del 30%.

El precio ha seguido cediendo en casi toda España por igual, y si en otras ocasiones las comunidades costeras eran las que más sufrían la caída de precios, en 2011 las mayores bajadas se produjeron en Aragón (10,9%) y La Rioja (9,9%). Les siguen la Comunidad Valenciana (8,5%) y Cataluña (7,8%), que a lo largo de la crisis han sido dos de las autonomías que más han acusado el desplome.

El director general de Negocio de Aguirre Newman, Ángel Serrano, recuerda que el año pasado el sector evolucionó "en línea con la situación económica, deprimida". Y para 2012 no es mucho más optimista, ya que espera que los precios sigan deteriorándose, puesto que las empresas inmobiliarias deberán seguir navegando con el viento de cara. "La tendencia y las expectativas pasan por un decrecimiento de los precios y seguirá la contracción y exigencia para la concesión de créditos", auguró. El sector apenas contará con dos bazas que ha anunciado el Gobierno de Mariano Rajoy: la recuperación en 2012 de la desgravación para la compra de viviendas y el mantenimiento del tipo reducido del IVA en el 4% para las transacciones. Aun así, las familias dispondrán de una menor renta para comprar casas, puesto que parte de esa desgravación se la comerá la subida del IRPF que ha aprobado el Gobierno dentro de las medidas de austeridad para contener el déficit.

La recaída de la economía española y las malas expectativas del mercado laboral tampoco hacen prever un aumento de las ventas. Además, el responsable de una gran promotora, que pide no ser identificado, indica que ya ni los factores demográficos juegan a favor del sector, puesto que las tasas de emancipación son negativas, llegan menos inmigrantes y más jóvenes españoles deciden salir al extranjero a buscar trabajo.

El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra, José García-Montalvo, advierte de que la "dinámica de precios de la vivienda" debe buscarse en el mercado financiero y no solo en el inmobiliario. Hasta ahora, la caída de los precios ha sido modesta -de un dígito- si se compara con las subidas que hubo durante la época del boom. Esto podría cambiar pronto. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, explicó en Financial Times que la banca deberá provisionar 50.000 millones para acercar el valor contable de sus activos inmobiliarios al del mercado. Una vez provisionados en sus balances, las entidades financieras podrían bajar de golpe los precios, lo cual arrastraría al sector. "El mercado está pendiente de cómo se estructura ese saneamiento, porque podría llevar a un ajuste mucho más rápido", coincide Ángel Serrano.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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