Empresarios y sindicatos revisarán los sueldos si la inflación supera el 2%
Los agentes sociales cierran un principio de acuerdo de moderación salarial con un alza del 0,5% en 2012 y flexibilidad interna en los convenios. -El pacto prevé descontar el encarecimiento del petróleo si el barril sube más de un 10%
Los sindicatos y la patronal han cerrado un principio de acuerdo de moderación salarial. Apenas dos semanas después de que fracasaran en la búsqueda de un acuerdo amplio para la reforma laboral, UGT, CCOO, CEOE y Cepyme responden a las críticas de un diálogo social incapaz en tiempos de crisis con un pacto de moderación salarial a las puertas de que España se adentre en una nueva recesión. La más sustancial del texto es la subida salarial máxima del 0,5% en este año y una del 0,6% en 2013 y 2014, condicionado por la evolución de la inflación en caso de que supere el objetivo oficial del 2%. En este último año el porcentaje puede ser mayor si la economía mejora en 2013. El preacuerdo se ha cerrado a media noche tras una reunión de dos horas de los líderes sindicatos y patronal, apuntan fuentes de la negociación.
El pacto, pendiente de ratificación por parte de los órganos regulares de las respectivas organizaciones, también contiene acuerdos sobre la estructura de los convenios y flexibilidad interna en las empresas cuando se tuerce la situación económica, para que los despidos sean la última opción.
En el encuentro de anoche, los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y CEOE, Juan Rosell, pactaron la redacción final del documento. No obstante, CEOE tiene que dar todavía hoy su visto bueno definitivo. Así, anoche, acabado el encuentro, otra fuente conocedora del encuentro, declaraba: "seguimos hablando".
El pacto salarial amplio, incluyendo cambios en la negociación colectiva y llamadas a contención de beneficios, sueldos de directivos y precios de productos básicos, se puso sobre la mesa en verano cuando arreció la tormenta financiera y aparecieron los nubarrones que han convertido la ligera recuperación en otra recesión. El calendario electoral entorpeció las negociaciones. Solo después del 20 de noviembre ha sido posible el pacto.
La patronal había encarado esta ronda de contactos con la exigencia de que este año y el próximo se congelaran los salarios, a la vista de que la recesión ha vuelto. Esto alejaba el pacto. Los sindicatos aceptaban que los sueldos se moderen subidas por debajo de la inflación pero no la congelación. La CEOE ha cedido. "En el año 2012, el aumento de los salarios pactados no debería exceder el 0,5%", dice el texto acordado. La misma redacción corresponde a 2013. Y para 2014, prevé un incremento del 0,6% si la economía crece menos del 1%; si lo hace entre el 1% y el 2%, la subida sería del 1%, y si pasa del 2%, la revisión se situará en el 1,5%. No obstante, estas dos posibilidades parecen remotas a tenor de los sombríos pronósticos sobre la economía española para este año y el que viene. Sin ir más lejos, el Bando de España ayer mismo preveía un crecimiento del PIB para 2013 del 0,2%.
También la inflación influirá en la evolución final de los salarios. Así, según la propuesta pendiente de ratificación oficial, a final de cada ejercicio del periodo al que hace referencia el acuerdo los sueldos se actualizarán en función de la desviación del IPC sobre el objetivo oficial del 2%. Eso sí, si la tasa de inflación de española supera a la de la eurozona, se tendrá en cuenta esta última. Sin embargo, para saber si se rebasa el tope del 2% no se tendrá en cuenta el potencial encarecimiento de los carburantes en caso de que el precio del petróleo Brent suba más de un 10% (la subclase de carburantes tiene un peso en el IPC de seis puntos porcentuales, según los datos del INE). El alza, en cualquier caso, no supondrá asumir toda la inflación, ya que solo se contará con la desviación sobre el 2%.
Las posturas estaban muy cerca desde el viernes pasado. De hecho, los negociadores de ambas partes firmaron cuatro documentos sobre los puntos más sustanciales del acuerdo (estructura de la negociación colectiva, flexibilidad interna en las empresas, descuelgue del convenio y revisión salarial) en los que faltaba cerrar algunos detalles. Sobre estos papeles trabajaron anoche los líderes. Para eso, estos documentos recogían varias redacciones que los líderes de CEOE, Juan Rosell, UGT, Cándido Méndez, y CC OO, Ignacio Fernández Toxo, tenían que pactar definitivamente en una reunión que comenzaba a las 10 de la noche de ayer y finalizó con fumata blanca a las 12 de la noche.
El pacto alcanzado llega a tiempo para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se estrene en la cumbre europea del próximo 30 de enero presentando un pacto de contención salarial.
El preacuerdo salarial va más allá de la mera recomendación de revisión salarial para el próximo trienio. También cambia sustancialmente la estructura de las cláusulas de revisión salarial como se conocen hasta ahora.
De la profundidad del preacuerdo, respecto a otros anteriores, hablan las medidas de flexibilidad interna que han pactado los agentes sociales. Por ejemplo, para las medidas ordinarias de jornada, se aconseja a los negociadores de los convenios que vayan más lejos de lo que dicta el Estatuto de los Trabajadores al recomendar que se permita a los empresarios modificar el 10% del cómputo de horas semanales y no el 5% establecido legalmente.
En las extraordinarias, se ha pactado que los convenios recojan criterios objetivos que demuestren que las compañías se ven obligadas a adoptar medidas urgentes para capear circunstancias complicadas. La adopción de estas decisiones no queda en manos del empresario, si no que tiene que pactarse con el comité de empresa o en su defecto con los sindicatos mayoritarios. El pacto salarial no fija umbrales, "eso queda para cada sector y cada empresa", explicaba ayer un negociador sindical, pero este mismo interlocutor se miraba en el ejemplo de la construcción que ha fijado caídas de resultados o facturación del 12% por empleado.
Otro aspecto muy significativo del acuerdo es el que atañe a la estructura de la negociación colectiva. Este es uno de los asuntos que Mariano Rajoy puso sobre la mesa. Ambas partes han acordado impulsar los convenios de empresa. "Los convenios colectivos de ámbito estatal [...]deben desarrollar las reglas de articulación que han de regir la estructura de la negociación colectiva, apostando de forma decidida a favor de la descentralización de la misma", reza el texto. Además, los agentes sociales han resistido las presiones académicas y políticas para orillar los convenios provinciales. "Es necesario preservar el ámbito provincial", afirma el documento. "Es el ámbito donde hay más cobertura a los trabajadores", justificaba ayer otro negociador sindical.
Aunque no hay que olvidar que tras esta defensa a ultranza de los convenios provinciales también se asienta un cierre de filas con las propias estructuras organizativas de sindicatos y empresarios, sobre todo las de las patronales, como admitía ayer por la noche un representante empresarial, muy basadas en los mecanismos de la negociación colectiva.
Con este pacto, los agentes sociales quieren cerrar la puerta a que la reforma laboral que prepara el Gobierno legisle unilateralmente en uno de los aspectos que ellos consideran que es de su competencia: los convenios.
En lo que no ha sido posible el pacto, es en materia de contratación y despido. Estos temas quedan en el alero del Gobierno, que todavía no ha convocado a sindicatos y patronal para contarles sus planes. Sobre este punto, según ha valorado el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, desde Bruselas, "todo mensaje de moderación salarial es positivo y base adecuada para llevar a cabo la reforma laboral".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.