El Supremo declara al juzgado de Barcelona competente para vender Cacaolat
El tribunal desestima la petición del magistrado de Madrid de inhibir al de la capital catalana
Adelante, ahora definitivamente, con la venta de la unidad productiva de Cacaolat en el juzgado mercantil número 6 de Barcelona. Si ayer fue la Fiscalía del tribunal quien apostó porque el futuro de la empresa de batidos se decida en la capital catalana, el pleno de la Sala Primera del Tribunal Supremo celebrado esta mañana ha declarado que "no procede" la petición del mercantil número 6 de Madrid -que se encarga de la venta de las acciones de Cacaolat de que el juzgado Barcelonés se inhibiera. En una escueta nota, la oficina de comunicación del Tribunal precisa que la sala primera "declara la competencia del juzgado mercantil número 6 de los de Barcelona".
Esta semana ha comenzado la recta final de la venta de Cacaolat. El lunes pasado, el titular del juzgado mercantil número 6 de Barcelona abrió los sobres de las cuatro empresas que aspiran a comprar la fábrica de la empresa de batidos. Son Capsa-Central Lechera Asturiana (que con 48 millones de euros es quien más ofrece), Grupo Vichy, la alianza entre Damm-Cobega y Victory, y Roures Reingeeniering (integrada por ex directivos de Cacaolat y en la que está también la empresa Maheso). Los administradores concursales tienen hasta el próximo viernes para emitir un informe sobre las cuatro ofertas y presentarlo al juez. Después, las partes podrán alegar y el juez elegirá entre las tres finalistas para que presenten contraofertas. La decisión final se conocerá durante la primera quincena de octubre.
En este último tramo del culebrón sobre el futuro de Cacaolat final pesaba sobre las partes (trabajadores y empresas candiadatas) la inquietud sobre qué podría ocurrir si el Supremo decidía que la venta de la fábrica debía realizarse en el juzgado madrileño. Los empleados de Cacaolat y sus asesores legales se han mostrado convencidos desde el primer día que tras la intención de que la venta de la firma se produzca en Madrid está la voluntad de que la compra sirva para pagar la deuda de Clesa, que es propietaria del 95% de las acciones de Cacaolat y está en una situación financiera mucho más delicada.
Cacaolat, patentado en 1931 por el industrial lechero Joan Viader, está atrapada desde marzo en el rosario de concursos de acreedores de Rumasa, el holding de la familia Ruiz Mateos. La histórica firma de batidos de chocolate pertenece accionarialmente a Clesa, que tiene el 95% de los títulos. La catalana es una de las empresas de Nueva Rumasa con mejor situación financiera: tiene un activo de 129,5 millones de euros y un pasivo de 29,8. La marca ha sido valorada en 75,6 millones. Clesa, en cambio, acumula un pasivo de 1.112 millones, casi el triple de su activo, de 304.
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