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La crisis financiera

S&P opina que la perspectiva fiscal de Europa es mejor que la de EE UU

La agencia pide más consenso entre los políticos estadounidenses para evitar un nuevo descenso en la nota de solvencia del país. -Moody's confía en que Washington tome las medidas necesarias para reducir el déficit y mantener la triple A

Una opinión con la que se puede estar de acuerdo o no, pero para la que hay bases que la justifican. Standard & Poor's se defendió así de las críticas que está recibiendo por todos los frentes por su decisión de quitar la triple A a la deuda soberana de Estados Unidos. Y repitió que si Washington no hace sus deberes, el próximo otoño podría llevarse otro recorte, dela AA+ ala AA.

Las alertas estaban ahí. La degradación del déficit y de la deuda están en una senda insostenible, como ya venía constatándola la Reserva Federal. Pero el catalizador que llevó a S&Pretirar de la triple A fue la falta de liderazgo político en Washington para afrontar el problema, que quedó en evidencia durante el circo político para elevar el techo de la deuda federal.

La agencia de calificación también ha quitado la AAA a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac
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De hecho, la situación fiscal y el criterio político fueron los dos, de los cinco pilares, en los que S&P centró su explicación de la opinión que emitió el viernes. "En cualquier escenario, la deuda neta de EE UU va a subir", indicó David Beers. Y le puso cifras concretas. En la proyección media, la deuda federal pasará del 74% del PIB este año al 85% en 2012.

Eso equivale a pasar en una década de tener una deuda de 11 billones de dólares a 20 billones (la bruta está ya en los 14,4 billones o 100% del PIB). En el mejor escenario, con un incremento de los ingresos a partir de 2013 por el fin de los incentivos fiscales a las rentas más altas, el PIBpasaría de representar el 74% al 78%. Es decir, una trayectoria más plana pero ascendente.

Y en este punto trazó una comparación con el trabajo que se está haciendo en Europa. Francia, admiten en S&P, conserva la triple A a pesar de que sus indicadores fiscales son peores que los de EE UU. Pero indican que los pasos dados mejoraron la solvencia del país y la credibilidad de París al adoptar "medidas críticas y proactivas para garantizar sostenibilidad finanzas sin retirar estímulos".

La misma fórmula la aplica al caso de Reino Unido, al que volvió a dar la perspectiva estable por el amplio paquete de estabilización fiscal adoptado por Londres. En este caso señalan que la economía británica atraviesa por dificultades, como la de EE UU. Pero en contraste, la deuda estadounidense seguirá creciendo. Aún así, creen que la rebaja no tendrá "efectos mayores".

Timothy Geithner, que el domingo confirmó que seguirá al frente del Tesoro hasta pasadas la elecciones presidenciales de 2012, fue directo en su crítica a la decisión. Considera que S&P ha mostrado "muy mal juicio" al elaborar su opinión, que su análisis revela una "falta de conocimientos básicos de la matemática fiscal" y quemanejaron el expediente "de una manera muy pobre".

Con otras palabras, es una opinión que comparten Wilbur Ross y Warren Buffett, dos de los inversores más influyentes en Wall Street. El primero se declara sorprendido con la decisión de la agencia de calificación, que la ve más bien como "una rebaja de la nota a la democracia". El oráculo de Omaha, por su parte, dice que si pudiera daría a EE UU la "cuádruple A".

Bill Miller, otra de las leyendas en el negocio de la inversión, se sumó a este grupo al criticar la rebaja de S&P. La considera "precipitada", "equivocada" y "peligrosa", de acuerdo con una carta enviada a los clientes de la firma Legg Mason. Los bancos de inversión, sin embargo, no se declaran sorprendidos con la decisión, que anticiparon hace semanas.

A pesar de las críticas, lo que sí parece claro es que se espera que la opinión de S&P cree una dinámica en Washington para que afronte el reto fiscal y evite que Moody's o Fitch siga sus pasos. Y es que, como señala Ross, las agencias tienden a converger en sus opiniones por la propia presión de sus clientes. De momento, Moody's reitera su posición.

S&P recuerda a Geithner y otros críticos que el modelo que sigue para elaborar sus opiniones se actualizó a comienzos de año, en las cinco categorías. Y señalan que en los informes publicados por el Fondo Monetario Internacional se pone en evidencia que las agencias de rating son un indicador muy fiable para valorar el riesgo de la deuda soberana.

Lo que también parece claro es que S&P no ve que EE UU vaya a recuperar pronto la triple A. La presión es más bien la contraria, que caiga otro peldaño si el comité creado para buscar recortes de gasto no elabora un programa que convenza, reiteró Beers. Y recuerda que los países que como Canadá recuperó al triple A, rebajaron su deuda y mejoraron su posición externa.

Si la historia sirve como referente, a EE UU le podría llevar entre como mínimo una década recuperar la triple A. De momento, como señalan desde UBS, lo que hay que ver es cómo afecta la rebaja a la calificación de firmas vinculadas a la deuda del Gobierno de EE UU. En este sentido, S&P bajó también a la doble A la nota de las hipotecarias semipúblicas Fannie Mae y Freddie Mac.

Explica que es un "reflejo de su dependencia" de Washington. El riesgo de impago es remoto en el caso de EE UU, como admiten desde S&P. Pero consideran una visión muy simplista que se diga que no es una posibilidad por el hecho de que imprima su propia moneda. En este sentido, que la máquina de hacer dinero eleva el riesgo de inflación y eso tiene un riesgo para la economía.

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