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La crisis del euro

Merkel rechaza las críticas de S&P al segundo rescate a Grecia

Los expertos apuntan que un recorte "temporal" y "parcial" en la nota de solvencia de Grecia permitirá al BCE seguir aceptando su deuda en garantía

La canciller alemana, Angela Merkel, ha rechazado hoy las críticas de la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's al mecanismo, diseñado por Berlín y París, de participación del sector privado en el segundo rescate a Grecia. Al ser preguntada al respecto, la jefa del Gobierno alemán ha asegurado que es "importante" que la troika, formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), no permita que terceros le "arrebaten su capacidad de juicio".

La amenaza de las agencias de calificación de riesgos de considerar como un impago el rescate para Grecia si se confirma la participación de la banca a través de un canje de bonos, lo que se traducirá en un recorte de su nota de solvencia, tendrá un impacto mínimo en la ayuda con la que el Banco Central Europeo mantiene a flota al sistema financiero del país. Según informa Bloomberg, el hecho de que una eventual rebaja en su calificación sea "temporal" y "parcial", tal y como han adelantado las agencias, dejará margen de maniobra al instituto emisor con vistas a seguir aceptando deuda griega en garantía para prestar dinero.

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La ventanilla del BCE se ha convertido en el salvavidas de los bancos griegos, que no pueden acceder al mercado tradicional de financiación por los graves problemas por los que atraviesa el país mediterráneo. No obstante, por aquello de mantener la solvencia del organismo europeo, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, advirtió de que no podrían seguir aceptando bonos de cualquier país calificados como D, el nivel equivalente al impago y al que podría caer Grecia si se confirma la advertencia de las agencias.

Standard & Poor's anunció ayer que el acuerdo entre Francia y sus bancos por el que las entidades prevén canjear hasta el 70% de la deuda de Grecia que vence de aquí hasta 2014 supondrá una renegociación de los plazos e intereses y, por tanto un impago. Fitch, por su parte, también ha adelantado que considerará como una suspensión de pagos una sustitución de los títulos emitidos por Atenas por nuevos bonos a más largo plazo. No obstante, ambas agencias también han añadido que en caso de rebajar a Grecia al nivel de impago, esta decisión sería temporal, ya que los acreedores seguirían cobrando aunque fuese más tarde de lo previsto. Estas dos sociedades controlan, junto a Moody's, el sector de la medición de riesgos. Muy por detrás en influencia se sitúa la canadiense DBRS.

La posibilidad de que la rebaja sea temporal da margen al BCE para seguir aceptando los bonos emitidos por Grecia. A modo de antecedente, los analistas recuerdan que en el caso de Uruguay en 2003 la evolución de los hechos fue similar. Entonces, S&P y Fitch mantuvieron al país, que tuvo que reestructurar su deuda a consecuencia de la crisis argentina, con una calificación de D solo durante una quincena. Sobre este extremo, el miembro del consejo de gobierno del BCE, Edward Nowotny, acusó ayer a las agencias de comportarse de forma más estricta con Europea que con los países sudamericanos.

Además, sobre cuál será el impacto final de un recorte en la calidad crediticia de Grecia, el Financial Times publica hoy que continuará aceptando su deuda como garantía mientras los bonos del país no reciban la calificación de impago por parte de las cuatro agencias.

Por otra parte, los principales bancos internacionales se van a reunir mañana para estudiar la propuesta francesa de participación voluntaria del sector privado en el segundo rescate a Grecia. Según informa Reuters, el encuentro va a ser supervisado por el Instituto Financiero Internacional, un lobby que agrupa a unas 400 entidades, y en él se van a analizar "un reducido número de opciones" para que la banca y aseguradoras que tienen invertido dinero en deuda griega accedan a refinanciar parte de esta deuda con vistas a aliviar la situación del país mediterráneo.

De momento, el nuevo ministro de Economía griego, Evangelos Venizelos, ha anunciado que los bancos de su país "están listos" para participar en el rescate asumiendo parte de su coste. Tras el fracaso del primer plan de ayuda pactado en mayo de 2010 por valor de 110.000 millones de euros, los países del euro están ultimando los detalles de una segunda iniciativa con el mismo nivel de fondos. Con ellos, se trata de garantizar la refinanciación de los 85.500 millones de deuda soberana griega que vencen desde ahora hasta mediados de 2014. De esta cantidad, el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de los países de la zona euro tienen en su poder unos 25.000 millones. Del resto, unos 50.000 millones están en manos de "participantes del sector privado" que han mostrado su voluntad a estar dispuestos a contribuir en algún tipo la refinanciación. Al parecer estas entidades estarían dispuestas a proporcionar unos 30.000 millones de "financiación neta" desde julio de 2011 a julio de 2014.

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