La protesta minera acampa en el Ministerio de Industria

Seis representantes de las secciones mineras de CC OO y UGT (dos de Castilla y León, dos de Asturias y dos de rango estatal) viven su primera jornada de encierro en la sede del Ministerio de Industria, en pleno paseo de la Castellana de Madrid; un encierro voluntario que decretaron anoche , pasadas las once de la noche. Su acción es una respuesta a la "paciencia" que reclamó ayer el titular de Industria, Miguel Sebastián, con relación a las nóminas (correspondientes a dos mensualidades) que 2.600 trabajadores de los grupos carboneros Alonso y Viloria todavía no han cobrado. "En principio no hemos fijado ningún tope temporal, seguimos analizando más posibilidades. Pero la primera exigencia es que los mineros cobren", confía por teléfono Gonzalo Díez, responsable de Industria de CC OO en Castilla y León.

Este sindicalista (que en las últimas semanas ha recorrido el norte de las provincias de Palencia y de León organizando por un lado acciones de protesta sindicales y, por otro, pidiendo a los mineros que llevan días encerrados en cuencas como la de Velilla del Río Carrión -Palencia- que salgan), cuenta que a él y a sus cinco colegas no les han dejado hablar con la prensa. Solo por móvil. "Nos están poniendo muchas trabas, como no dejar que nos fotografíen".

Los otros cinco encerrados son Manuel López, Maximino García, José Ángel Fernández Villa, Juan Carlos Álvarez y Víctor Fernández, los dos últimos mineros. Estos, junto al secretario general de FIA-UGT, Antonio Deusa, y el secretario general de la Federación de Industria de CCOO, Felipe López (que no han podido enclaustrarse con el resto por compromisos con la huelga general del 29 de septiembre) comparecieron anoche, tras la rueda de prensa previa de Miguel Sebastián, en la que, en un ejercicio de equilibrismo, hizo creer inicialmente a los periodistas que todo estaba arreglado. "No tengo ninguna queja de los sindicatos. Hemos mantenido una reunión constructiva", afirmó. También habló de una "posición común" y de la creación de un "grupo de trabajo".

Armonía inmediatamente contestada por los sindicatos a los cinco minutos, convocando dos paros de 48 horas en el sector carbonero los días 22 y 23, y 29 y 30 de este mes. "La prueba de que no aceptamos la posición del Gobierno es que estamos aquí, a punto de encerrarnos y llamando a la huelga", clamaron.

Los seis están en el primer piso, en un cuarto con sofás, donde pueden descansar. "Esto es una asamblea permanente", cuenta Díez. No saben cómo se organizarán estos días, pero sí que no abandonarán el ministerio hasta que alguien, bien sean los empresarios Victorino Alonso y Manuel Lamelas, bien el Gobierno, abone las dos mensualidades a los mineros. Por lo pronto han desayunado en la cafetería del inmueble. Fuentes sindicales descartan que se los saque a la fuerza: "No creo que a Sebastián le guste una foto con delegados mineros siendo desalojados de su lugar de trabajo", explican estas fuentes con un punto de ironía.

En lo que sí coinciden sindicatos y el Ejecutivo es en designar un culpable. Ayer Sebastián enseñó a los delegados un documento que dice que 367 millones de euros fueron entregados a los grupos Alonso y Viloria en calidad de ayudas públicas.

"Estamos en el mismo barco que nuestros compañeros", señala Gonzalo Díez. Se refiere a un navío en el que viajan los mineros encerrados en las minas de Tremor de Arriba (León) y en Velilla del Río Carrión; o los que hacen huelga de hambre en las oficinas del empresario Victorino Alonso en Ponferrada; o los que cortan autovías y carreteras nacionales en El Bierzo, en Asturias, en la Montaña Palentina... "Tienen todo nuestro respaldo para continuar sus protestas".

El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha señalado que el Gobierno va a trabajar para que el plazo que se fije en el decreto de ayudas al sector del carbón, pendiente de ser autorizado por la Comisión Europea, tenga la mayor duración posible. "Si ahora se llega a contemplar un plazo de aquí a tres o cuatro años, dentro de esos tres o cuatro años se abrirá lógicamente un diálogo con la Comisión". Los decretos de ayuda al sector, avalados en el marco europeo, han tenido siempre "un cierto horizonte de final" si bien, ha reconocido, que luego ha habido muchas prórrogas. Ha subrayado que las circunstancias son cada vez más difíciles, "como es natural", por lo que representa el impacto del carbón en la emisión de CO2.