Cataluña estrena otras rebajas agresivas

Los comercios dan esta mañana el pistoletazo de salida a las rebajas. A media noche de ayer las tiendas estaban cerradas, pero detrás de las persianas bajadas bullían de actividad. Los trabajadores colocaban las últimas prendas y los carteles de "Rebajas" en el escaparate para que todo estuviera listo a primera hora. La mayoría de tiendas indican descuentos alrededor del 30% en sus cristales, aunque algunas grandes cadenas, más agresivas, inician las rebajas estivales con recortes del 70% sobre el precio original.

Como ya ocurrió en el periodo de descuentos de invierno, la climatología ha hecho que los almacenes estén llenos. El calor ha tardado en llegar y para evitar que la ropa se acumule ahora las rebajas comienzan con enormes reclamos. La Generalitat, sin embargo, ya ha dicho que enviará a los comercios inspectores para evitar abusos, como descuentos falsos o prendas de otras temporadas que se anuncian como recién rebajadas.

La campaña de rebajas más agresiva (o al menos la más llamativa), ha sido la cadena Desigual. Aunque sólo en una de sus tiendas (la de Passeig de Gràcia) y sólo para los primeros 100 clientes, regala prendas de vestir para inagurar la temporada de rebajas. Eso sí, los que quieran salir de allí vestidos sin pagar un euro, debían entrar desnudos, o como mucho, en ropa interior. A media noche cerca de sesenta personas hacían ya cola en la puerta.

Colchonetas, cartones, botellas de refresco y revistas para pasar la noche a la intemperie en el corazón del Eixample. Así esperaban Yésica, Andrea y Mariana en la puerta de Desigual pasadas las 12 de la noche. "No es para tanto. Esto es divertido. es como salir de fiesta", reía una de ellas. "Además, hay un guardia de seguridad y todo". Unos puestos más adelante, Natalia y Luci, de 19 y 20 años, esperaban por segunda vez. "Ya estuvimos en Madrid la semana pasada. También pasamos la noche. Vale la pena, porque yo si no es gratis, de esta tienda no llevaría nada", comentaba la más joven. En la cabeza de la cola, Gracia con sus dos hijos. "Venía también mi nieto, pero como sólo tiene 14 años no le han dejado", contaba con algo de pena. "¿Y no te da un poco de vergüenza tener que quedarte en ropa interior?", le preguntó otra señora curiosa que pasaba por allí. "¿Vergüenza? Noooo". En la puerta un joven dependiente retocaba el escaparate. "Ellos entrarán y se llevarán la ropa gratis. Lo peor llegará después. Con las rebajas. Toca trabajar mucho", aventuraba.