La banca pide un plan de reforma laboral "más ambicioso"
El presidente de la AEB declara que España no pedirá el rescate "porque no le va a hacer falta".- Miguel Martín, a favor de una tasa para las entidades financieras, pero sólo para las que han solicitado "fondos públicos"
La banca española ha intervenido esta mañana en Santander en los cursos oficiados por la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE). El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, ha opinado sobre temas económicos que son menester estos días: ha pedido más "ambición" para encarar la reforma laboral; ha aguijoneado a las cajas, por la lentitud para fusionarse y por recurrir a ayudas públicas; y, aunque con matices, ha echado un capote al Gobierno frente a los rumores que contemplan un supuesto rescate a España.
Martín ve en el decreto aprobado ayer por el Consejo de Ministros "avances significativos". Pero también dice tener "la impresión de que el Gobierno no está muy convencido". "Y debería de tener claro -ha proseguido- que avanza en el terreno adonde va la sociedad española: la reforma podría ser más ambiciosa porque ahí radica el bienestar de los españoles".
Sobre la petición de Bruselas de aplicar un mayor ajuste, Martín ha declarado que el hecho de que lo pida la UE no es "arbitrario ni va contra nuestros intereses". Y sin salir de los márgenes continentales, ha defendido lo mismo que la Comisión Europea (CE), el Gobierno y demás organismos internacionales frente a ciertas informaciones de algunos medios: "[España] no va a acudir [al Fondo Europeo de Ayuda de Rescate] porque no va a hacer falta".
No obstante, el representante de la banca española ha aseverado que el país "no puede salir solo" de esta situación, porque su desestabilización tiene que ver "con la debilidad del euro". "Los mercados tienen que ir convenciéndose de la situación española, pero Europa nos tiene que ayudar porque no es sólo un problema nuestro".
"La UE y la CE tienen que hacer sus deberes; cada uno de los países también", ha alegado, en referencia a dos medidas que Martín cree necesarias: reformas estructurales y corrección de déficit. Aquí ha reclamado una visión estratégica conjunta. "Se ha vuelto al nacionalismo feroz. No hay que volver a 1985 (por el año que precedió a la entrada de España en la CEE).
Respecto a su propio sector, el presidente de la AEB asegura estar a favor de los stress test (pruebas de resistencia a las entidades: "Siempre hemos sido transparentes y hemos pedido transparencia; ocultar las cosas alimenta rumores perversos"). Tampoco ve mal la tasa a la banca, aunque con un matiz en forma de dardo envenenado a las cajas: "Que paguen los que han pedido fondos públicos". Y ha citado a Obama cuando el presidente de EE UU insiste en que es inadmisible que los ciudadanos paguen los platos rotos de unos pocos.
Y como colofón, Martín ha alabado la fusión entre los bancos Sabadell y Guipuzcoano. "Es una muestra de que los bancos hacen bien sus deberes, sin ayudas de fondos públicas y sin ser llamados al orden por el Banco de España". Otro tirón de orejas a las cajas. Sobre las fusiones, en general, Martín ha resaltado: "Esto es solo el inicio, el diseño".
El Santander demanda un paquete de medidas
Ha sido una mañana dedicada a la banca. En una línea similar a Martín se ha expresado después Rodríguez Inciarte, vicepresidente tercero del banco Santander. Lo más destacado de su ponencia ha sido cuando ha enfrentado la dicotomía entre un "goteo" y un "paquete" de medidas. Rodríguez Incierta se ha decantado, como ayer hizo Rodrigo Rato en el mismo lugar, por la segunda opción, que él mismo ha definido como "un fuego intenso, un fuego abrumador" de propuestas.
El del Banco Santander ha defendido una reducción de cajas "no solo nominal", sino también en "la capacidad y los costes" instalados en el sector, que, en su opinión, "es lo que sobra". De la reforma laboral, ve "un paso en la buena dirección". Pero también aprecia sombras. Ha citado dos sin despejar: cuándo las empresas podrán descolgarse de los convenios colectivos y cuándo el despìdo podrá basarse en causas económicas.
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