La Caixa negocia una fusión con la pequeña Caixa Girona
Castells augura operaciones inmediatas para las tres cajas catalanas descolgadas
Después de largos meses contemplando los toros desde la barrera, La Caixa sale a la arena en las fusiones de cajas, en un contexto de presiones por parte de la Generalitat para que ninguna caja catalana acabara engullida por otra de fuera de la comunidad. La propia entidad ha confirmado esta mañana a la CNMV la existencia de conversaciones con Caixa Girona, aunque matiza que la operación "está pendiente de diversas reuniones". La caja gerundense, de tamaño pequeño, con 7.815 millones de euros de activos frente a los 271.872 millones de la caja que preside Isidre Fainé, ha acabado por convencerse de que continuar en solitario puede pasarle una factura demasiado elevada.
La entidad que dirige Jordi Blanch se descolgó de la fusión Unnim que reúne a las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu en la recta final del proceso y elaboró un plan de viabilidad para continuar sola, porque no se consideraba suficientemente representada en los órganos de gobierno y en la resultante. Tanto la Generalitat como el Gobierno catalán la han llamado al orden en numerosas ocasiones. Ahora, en la órbita de la primera caja, está por ver cómo hará para no quedar barrida completamente. El próximo lunes, su Consejo de Administración votará la operación.
Sin decir nombres, el consejero catalán de Economía ha señalado en Sitges, donde participa en la reunión anual del Círculo de Economía, que existen "procesos muy avanzados" de fusiones que implican a las tres cajas aún descolgadas: Girona, Penedès y Laietana. Esta última anunció una operación "inminente", mientras Penedès ultima una fusión fría con Cajamurcia, Sa Nostra y Caja Granada. "Tiene que ser así", ha insistido Castells al referirse a los plazos que impone el calendario de acceso al fondo de ayuda públicas FROB el 15 de junio próximo.
Para acelerar el proceso de reestructuración, el Banco de España anunció el miércoles un endurecimiento de los requisitos de capital que exige a las entidades por morosidad, lo que deja en peor situación a aquellas con una situación financiera más débil -con más morosidad y menos provisiones-. El aumento de las dotaciones que deben realizar los bancos y cajas por sus créditos dudosos y por quedarse con inmuebles a cambio de deuda no les deja otra salida que afrontar fusiones o reestructuraciones para sobrevivir. La pasada intervención de Cajasur el pasado fin de semana tras negarse a unirse con Unicaja también ha supuesto un toque de atención para el sector.
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