_
_
_
_

¿Cuál es el mensaje o el chiste?

Los artistas Fischli y Weiss montan en el Reina Sofía una instalación que muestra únicamente un osito de peluche y una rata de trapo colgados del techo

Peter Fischli (1952) y David Weiss (1946) son dos artistas suizos que trabajan juntos desde 1977. El absurdo y el humor envuelven los objetos reales y ficticios que pueblan sus instalaciones. Un oso y una rata de trapo son los alter-ego de esta pareja artística que expone su obra en museos como la Tate, el MoMA o el Pompidou y que ha participado dos veces en la Bienal de Venecia. Su última propuesta-ocurrencia lleva por título ¿Son los animales personas?. Desde este jueves se puede ver en el palacio de Cristal del parque del Retiro, en Madrid, sede de exposiciones temporales del Museo Reina Sofía.

Lo parte física de la exposición se reduce a una rata marrón y a un osito panda que cuelgan de las bóvedas de cristal y que para el visitante no avisado podrían pasar perfectamente desapercibidos. La presencia de los peluches se acompaña de una banda sonora compuesta por Stephan Wittwer en la que se mezcla el canto pregrabado de pájaros con el auténtico sonido del exterior del edificio. Eso es todo. Y es más o menos lo mismo que la pareja suiza viene haciendo desde hace más de treinta años. La diferencia es que, según dicen, ahora lo han hecho pensando expresamente en este espacio, respondiendo a la propuesta que les hizo el director del museo, Manuel Borja-Villel hace ahora un año.

"Los dos animales flotan en un sueño que incide en la búsqueda de lo intrascendente", señala el director del Reina Sofía, Borja-Villel
Es muy difícil usar con justicia el adjetivo de rompedor o revolucionario. La última bienal de Arte de São Paulo colmó el vaso con un pabellón vacío.
Más información
'Graffiteros' atacan el vacío de la Bienal de São Paulo
São Paulo, la bienal del vacío
La voz se cuela por las paredes de la abadía de Silos

Para Borja-Villel, la instalación (la rata y el oso) es un juego entre realidad y ficción. "Los dos animales flotan en un sueño que incide en la búsqueda de lo intrascendente". En cambio, los responsables de la obra se expresaban ayer más a ras del suelo. "Hay lo que se ve y cada uno puede aplicarle la filosofía y las preguntas que le apetezcan", vinieron a decir los dos artistas, Peter Fischli y David Weiss. "La gente tiene que meterse en el ambiente y luego es libre para especular", añadió Fischli.

¿Tiene mensaje o sólo es un chiste?

Lo cierto es que a estas alturas del viaje nada puede sorprender en el mundo del arte. Es muy difícil usar con justicia el adjetivo de rompedor o revolucionario. La última bienal de Arte de São Paulo colmó el vaso con un pabellón vacío. ¿Cuál es aquí el mensaje o el chiste? Los artistas no responden directamente. El director del museo habla de "una crítica no moralizante", de una pregunta "en la que no se imponen las respuestas". "Tiene sentido", añade Borja-Villel "porque en un momento en el que se nos obliga a hacer muchas cosas, puede que estos dos pequeños animales traigan una respuesta adecuada. Parece que están a punto de decir algo, pero no lo dicen. La indolencia y la lentitud pueden ser una forma de hablar".

Al final, la ocurrencia es toda una metáfora sobre la maldad de la sobreproducción. La otra opción es no marear y dejar el palacio tal cual. La exposición se completa en la cuarta planta del el edificio Sabatini del Reina Sofía la proyección de dos películas realizadas por estos artistas en los años 80, La mínima resistencia, (1981) y El buen camino, (1983), en las que ambos actuan vestidos con disfraces de oso y rata. Además, se podrá ver la última película de Oso y Rata filmada en el Palazzo Litta de Milán en 2003 y Kanalvideo (1992).

MNCARS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_