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Ultraje, populismo y ley ¿Se puede frenar el cobro de primas en AIG?

Crece la polémica en EE UU sobre el cobro de 165 millones por parte de lo ejecutivos de AIG, una empresa en quiebra rescatada por el Gobierno.- Los expertos, divididos en sus críticas a Obama y acerca de si se puede o no evitar

El cobro de primas millonarias por parte de los ejecutivos de la sección de derivados de AIG ha desatado una fuerte polémica política, económica, académica y mediática en EE UU. Son varias ya las voces de expertos de primera línea que apuestan por una acción decidida del Gobierno para impedirlo, tal y como pretende el Congreso, mientras que otros creen que la ley y el respeto a los contratos prima por encima de cualquier situación, por mucho que "apeste", y, por último, están quienes le piden al presidente Barack Obama que se aleje del "populismo" y pase de una u otra manera a la acción.

Antes de nada, los datos. Los beneficiarios de las primas para de 2008 se reparten 165 millones de dólares en una empresa que ha sido rescatada de su quiebra por el Gobierno, que posee el 79,9% de la compañía, a la que ya ha inyectado cerca de 170.000 millones de dólares.

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Se puede parar

Los más activos defensores de que el Gobierno pase a la acción e impida lo que el propio Obama considera "ultrajante" se han alineado en el medio digital Huffington Post. El cuarteto formado por los expertos universitarios y económicos William K. Black, Thomas Ferguson, Robert Johnson, y Walker Todd aseguran que "AIG ha tomado claramente al Tesoro, a la Reserva Federal y a Obama por tontos" y añaden que no hay ninguna razón para que el resto de los estadounidenses "se comporten como un rebaño".

En su artículo, estos expertos defienden un proceso aparentemente sencillo que se puede resumir en: una orden del Tesoro al tesorero de AIG para que no pague ni una sola prima; tomar después garantías de que no pasa lo mismo que con el banco Merrill Lynch, donde los ejecutivos cobraron las primas horas antes de aprobar la absorción por Bank of America y, por último, separar del resto de la empresa esta unidad de derivados y, si es necesario, declararla en bancarrota.

Sin ir tan lejos pero en esta misma línea, Larry Summers propone también en Huffington Post que, con la ley de EE UU en la mano, se declaren estas primas como una "compensación irracional", de manera que dejen de ser deducibles a la hora de pagar impuestos y recuperar así una parte del dinero que los estadounidenses han puesto en la empresa.

Pagar aunque apeste

En estas críticas a la gestión de Obama se compara a quienes citan la "santidad de los contratos" con "Harry Potter agitando su varita mágica". Pero no todos lo tienen tan claro. "Si cree que la economía es un desastre ahora mismo, imagine lo que parecería si en el mundo de los negocios se empezasen a preocupar porque el Gobierno empieza a abolir contratos a diestra y siniestra", asegura Andrew Ross Sorkin en el influyente blog Dealbook, en el diario The New York Times. Este analista apunta también a una segunda consecuencia de la eliminación de estas primas: si no se pagan, los ejecutivos que mejor conocen la empresa se irán y empezarán a actuar en contra de AIG. El presidente de la compañía, Edward Liddy, defiende las primas con argumentos similares.

Desde Breakingviews, Lauren Silva apuesta por una "investigación legal ordenada por el presidente" al que, por otro lado, critican por usar cierto "populismo" y estar "descordinado" con el resto de su equipo. Silva apuesta por una especie de lista de la vergüenza que, a su juicio, sería suficiente para que no cobrasen las primas, algo por lo que también se decanta Rob Cox desde esta misma agencia de analistas.

El Congreso de EE UU apuesta ahora por utilizar todos los medios a su alcance, pero aún persisten las dudas sobre hasta dónde podrán llegar.

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