España, entre los diez países más influyentes en la economía mundial
Ocupa el noveno puesto del Índice de Gobierno de la Economía Internacional elaborado por la Fundación de Estudios Financieros, que pretende medir la capacidad y legitimidad de cada país para participar en el gobierno de la economía mundial
España ocupa el noveno lugar en el ndice de Gobierno de la Economía Internacional (IGEI) elaborado por la Fundación de Estudios Financieros (FEF). La economía española se sitúa, por tanto, en el grupo de cabeza del ranking, a poca distancia de países como Italia o Japón.
El índice, creado por primera vez este año tras la puesta en marcha en 2005 del Observatorio de Gobierno de la Economía Internacional, pretende medir la capacidad y legitimidad de cada país para participar en el gobierno de la economía mundial mediante el análisis de cuatro aspectos: la calidad institucional, los factores socioculturales, el peso e integración de la economía mundial y la presencia política. En total, se ha analizado la realidad de 61 países, que suponen el 80% de la población mundial y más del 87% del PIB global.
Tras el análisis, España, con un índice del 7,17 sobre 10, se posiciona en noveno lugar, por detrás de países como Estados Unidos (8,63), que preside la lista, seguido de Reino Unido (8,32), Francia (8,16), Alemania (8,09), Canadá (7,32), Países Bajos (7,29), Japón (7,22) e Italia (7,18). En el extremo contrario, los últimos puestos los ocupan, por este orden, Corea (1,72), Cuba (2,81), Irak (3,12), Libia (3,44), Bangladesh (3,88), Vietnam (4,07) y Venezuela (4,12).
Europa, el continente más influyente
Por su parte, Europa, cuyo índice global se sitúa en el 6,52, aglutina el mayor número de países con representatividad significativa en el gobierno de la economía mundial, aunque su elevado número de naciones dispersa la capacidad de gobierno en la UE. Por ello, el estudio indica que entre sus objetivos estratégicos debe figurar la consolidación de una Europa "estable y unida", dotada de voz propia en la escena internacional.
Entrando en el detalle de cada aspecto concreto, el índice de España en la calidad institucional se sitúa en el 8,12, por encima del resto de los índices parciales, ya que en el caso de los factores socioculturales, la tasa baja al 6,63, mientras que en el aspecto del peso y la integración en la economía mundial se sitúa en el 6,16 y en la presencia política se encuentra en el 7,78.
La dependencia energética, uno de los grandes problemas
Durante el acto de presentación del índice en el Senado, que contó con la presencia del presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo, y el director de la Oficina Económica de Moncloa, David Taguas, el director del estudio, Luis Ravina, y el presidente d la FEF, Xavier Adserá, destacaron que este resultado pone de manifiesto que España es un país "abierto al mundo" y que es la segunda potencia mundial en términos de entrada de turistas y en los últimos años acoge a un número creciente de inmigrantes.
Ravina indicó que España es, a su vez, la octava potencial mundial en términos de PIB, supone más del 2% del comercio mundial y es un "importante" emisor neto de capital gracias a sus empresas multinacionales. Sin embargo, señaló que adolece de dos grandes problemas energéticos, por un lado, su enorme dependencia del exterior (80%), cuya explicación radica en su modelo energético, "insuficientemente diversificado" y basado casi en su totalidad en el consumo del petróleo y gas natural.
Por otro lado, según los ponenetes, España también cuenta con un grave problema relativo a la eficiencia en el uso de la energía. Así, Ravina señaló que mientras que en la UE-15 la intensidad energética desciende lentamente, España sigue una tendencia inversa. "Este hecho acarrea consecuencias medioambientales, ya que las emisiones españolas de CO2 están muy por encima de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Kyoto", añadió.
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