'The Economist' describe la economía española como 'imparable pero con futuro incierto'
El semanario londinense se pregunta en sus páginas qué pasará con España cuando pinche su "boom inmobiliario y bancario"
La economía española está "imparable", en un momento en que se están dando grandes compras en Europa en el sector de la energía, los servicios y las infraestructuras, según publica el semanario inglés The Economist en un amplio reportaje sobre la economía en Europa en el que se pregunta qué pasará con España cuando pinche su "boom inmobiliario y bancario".
Según la publicación, España emerge como el halcón de los negocios y crece al "impresionante" ritmo del 3,8% anual en la última década por circunstancias como las "generosas ayudas" de la Unión Europea desde que se integró en 1986 y el buen momento de la construcción, las propiedades inmobiliarias y la banca.
No obstante, el reportaje predice que cuando esta bonanza "explote", las alegrías de hoy se transformarán en penas. "Ahora los británicos llaman por teléfono, viajan en metro, vuelan desde aeropuertos, se toman unas tapas, tiran de la cadena del inodoro o realizan operaciones financieras por cortesía de alguna empresa española", señala el semanario.
Pero la revista se pregunta si los "conquistadores" españoles se han endeudado y han pagado demasiado por las empresas adquiridas o si su nueva cartera de empresas, "muchas de ellas británicas con beneficios estables", los salvará de "lo peor" cuando la situación se tuerza en España.
Adquisiciones españolas en el extranjero
"The Economist" destaca las compras en los últimos tres años del banco Abbey por parte del Santander, de la empresa de telefonía móvil O2 por Telefónica y del operador de aeropuertos BAA por el grupo de servicios y construcción Ferrovial.
Antes, en el 2003, esta última había comprado una participación de Amey, la empresa que gestiona algunas líneas del metro de Londres, mientras que Abertis gestiona tres aeropuertos del país y la eléctrica Iberdrola ha lanzado una OPA sobre la británica Scottish Power.
La publicación señala que esta situación tiene también su origen en la última generación de empresarios españoles, que se ha formado en universidades estadounidenses, donde se les ha instruido con ideas del capitalismo anglosajón en lugar de empaparse del "mercantilismo clásico" en alguna "grande école" francesa.
Las empresas españolas, demasiado familiares
La revista afirma que el "recién descubierto ímpetu exterior" de las empresas españolas todavía es un "asunto de clanes (familiares), con bancos que tienen participaciones de bloqueo en empresas y grupos que tienen "participaciones cruzadas", lo que limita el número de acciones cotizadas libremente en la Bolsa. "Un puñado de empresas familiares, como la de los Entrecanales (Acciona), March, Koplowitz (FCC) y Pérez (ACS) son los que llevan la voz cantante", sentencia.
El presidente de Telefónica, César Alierta, señaló a la revista económica que pertenecer a los países con la moneda única de la zona euro también ha ayudado a impulsar los acuerdos fronterizos de empresas españolas. Por otra parte, el reportaje señala que las fusiones y adquisiciones europeas en el 2006 ascendieron a 1,59 billones de dólares (unos 1,22 billones de euros), frente a los 1,54 billones del valor de las transacciones en Estados Unidos, según la empresa de estadísticas Dealogic.
Además, de las 10 mayores acuerdos entre empresas alcanzados en el 2006, cinco de ellos tuvieron como protagonista a alguna europea, dos de ellas transfronterizas: la de la eléctrica alemana E.ON por la española Endesa, valorada en 41.000 millones de euros, y la de la siderúrgica Mittal por Arcelor, en la que España participaba por medio de Aceralia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.