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La Bolsa de Beirut vuelve a funcionar dos semanas después de su cierre

El Banco central de Líbano envía un mensaje de tranquilidad y desmiente que haya habido una fuga de capitales del país, alejando la posibilidad de devaluación.- Aumenta ligeramente la dolarización de los depósitos

La relativa normalidad en la que vive la capital del Líbano, pese a los ataques que las fuerzas armadas israelíes realizan sobre el sur del país desde mediados del mes de julio, ha permitido que esta mañana las pantallas de negociación de la pequeña bolsa de Beirut volviesen a registrar operaciones de compra venta, aunque con fuertes frenos a la volatilidad. El Banco de Líbano alejó ayer los temores a una devaluación de la libra libanesa por el conflicto entre Israel y las guerrillas de Hizbolá.

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La bolsa beirutí ha abierto a las nueve (hora peninsular española) después de pasar dos semanas cerrada por los ataques israelíes, que están colapsando la economía y las infraestructuras productivas de Líbano. Las bombas tumbaron la cotización de todos los valores del mercado libanés, forzando al cierre que hoy ha terminado.

Para evitar que los ataques aéreos -teóricamente suspendidos durante los días de ayer y hoy por la masacre de Qana- y la intervención directa de fuerzas terrestres en una franja de siete kilómetros de profundidad en el sur del Líbano, puedan desatar de nuevo el pánico entre los inversores y oleadas especulativas, la bolsa de Beirut ha impuesto medidas especiales con el objeto de limitar la volatilidad.

Así, Soldiere, la compañía más grande de Líbano, y que tiene en su objeto social la reconstrucción del distrito central de Beirut, caía justo en el límite impuesto por el mercado, el 5%, y se cambiaba a 16,50 dólares en los primeros compases de la jornada.

Reservas suficientes para evitar la devaluación

La reapertura de ayer se suma, como un paso más hacia una relativa normalización, a las declaraciones que ayer efectuaba el gobernador gobernador del Banco del Líbano, Riad Salameh, que afirmó el organismo que preside cuenta con los medios suficientes para evitar una devaluación de la moneda local, la libra, a causa del conflicto con Israel.

En todo caso, y según y asegura Salameh, no ha habido una salida masiva de capitales al extranjero, y en el balance de finales de mes la disminución de las reservas en divisas del Banco del Líbano será de "sólo 900 millones de dólares". Parte de culpa en esta esta buena situación del emisor libanés la tiene el acopio que realizó a primeros de año, llegando a los 13.000 millones de dólares en divisas estadounidenses, y a los 6.000 millones en oro. Eso, sin contar con los certificados de depósitos, de los que se han suscrito 800 millones desde el inicio del conflicto.

Salameh negaba ayer además que haya pánico en el sector bancario, y para ilustrarlo señaló que de los 64.000 millones de dólares en depósitos que había al inicio de la guerra "sólo 1.000 millones" ha salido al extranjero, la mitad de los capitales transferidos con la crisis del asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri en febrero de 2005. El aumento de la dolarización de esos depósitos (del 72 al 74%) es además "un movimiento natural dada la amplitud del conflicto", como argumentaba Salameh.

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