La zona euro crecerá este año en torno al 1,2%
Bruselas da la voz de alarma sobre el déficit por cuenta corriente de EE UU
La zona euro crecerá en torno a un 1,2% este año 2005, puesto que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre se situará en una horquilla de entre el 0,2% y el 0,6%, y el cuarto trimestre entre el 0,4% y el 0,8%, según el Informe trimestral sobre la zona del euro de la Comisión Europea publicado hoy.
Y es que, tras una aceleración moderada en el primer trimestre del año, el crecimiento del PIB en la zona del euro disminuyó ligeramente en el segundo trimestre, hasta el 0,3%, todos los indicadores apuntan a que la recuperación está cobrando impulso en el segundo semestre de 2005.
La confianza de las empresas se está fortaleciendo, la producción industrial se ha recuperado y la economía mundial ha salido de su período poco favorable de principios del año. Sin embargo, los altos precios del petróleo han pasado factura a la economía y siguen constituyendo una importante fuente de incertidumbre a corto plazo, manifestó el director general de la Dirección General Ecofin, Klaus Regling.
El petróleo sube un 70%
Desde comienzos de año, los precios del petróleo Brent han aumentado cerca de un 70% expresados en euros y "es probable que se mantengan elevados debido principalmente a la fuerte demanda". Los precios actuales de los mercados de futuros indican que el precio se mantendrá por encima de los 60 dólares a medio o largo plazo, pero también que la economía mundial ha sido suficientemente sólida como para aguantar el tirón de los precios del crudo, puesto que mantiene un 6% de tipo de crecimiento anual, de acuerdo a las cifras de junio y julio.
El petróleo también aumenta el riesgo de presiones inflacionistas, a pesar de que la inflación básica, esto es, la inflación con exclusión de los precios de la energía y de los alimentos no transformados, se ha mantenido invariable desde junio y algunos aumentos de precios, por ejemplo, los del sector de transportes, se ven contrarrestados por las reducciones en otros artículos de consumo, tales como ropa y servicios de ocio.
En cuanto a los factores positivos, las importaciones de los países exportadores de petróleo están aumentando, lo que redunda en beneficio de los exportadores de la zona del euro, que han visto que sus exportaciones a los países del la OPEP, a Noruega y a la Comunidad de Estados Independientes han aumentado más del 50% desde el inicio de 2003, mientras que en este periodo sus exportaciones totales han aumentado un 25%.
En cuanto al consumo, datos básicos apuntan a una atonía persistente, a juzgar por los datos sobre ventas en el sector minorista. No obstante, las ventas de automóviles (no incluidos en los datos), justifican un mayor optimismo, ya que el número de matriculaciones en junio alcanzó su mayor nivel desde abril de 2001. La tasa de desempleo también se redujo ligeramente, habiendo pasado del 8,8% en abril al 8,6% en julio.
Un ejercicio de simulación económica recogido por el Informe afirma además que para que la producción de la Zona euro aumentara un 1% sería preciso una reducción de los salarios del 3,7%.
Desequilibrios
La Comisión Europea alertó hoy sobre los excedentes por cuenta corriente en los mercados mundiales. "Esta situación no es viable", ha subrayado Regling, pero tampoco hay acuerdo sobre un calendario claro de medidas para atajar el desequilibrio externo de Estados Unidos, ha añadido.
En 2004, Estados Unidos registró un déficit por cuenta corriente de 670.000 millones de dólares (equivalentes al 5,7% el PIB), mientras que los países del Este de Asia y de Oriente Medio tuvieron superávit y la balanza por cuenta corriente de la zona del euro se mantuvo prácticamente equilibrada.
Un ajuste turbulento de este déficit, que carece de precedentes en lo que se refiere a su magnitud y duración, podría provocar una acusada depreciación del dólar y una recesión de la economía estadounidense, lo que podría tener importantes efectos negativos sobre el crecimiento mundial. "El impacto sobre la economía sería complejo puesto que afectaría a diversos canales de transmisión: comercio, precios de consumo, activos, confianza,...", apuntó Regling.
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