Uno de los contables de Parmalat se suicida
La policía italiana registra la sede del Deutsche Bank en Milán
Alessandro Bassi, uno de los contables del grupo italiano Parmalat, se ha suicidado arrojándose a un río desde un puente de una carretera secundaria en la localidad de Lucignana, cerca de Parma.
Bassi, de 32 años, era uno de los más estrechos colaboradores de Fausto Tonna, el ex director financiero de Parmalat a quien se considera el cerebro de un complejo entramado de operaciones financieras ilícitas durante los último quince años. El fallecido también colaboró con el último director financiero de la empresa, Luciano del Soldato que, junto con Tonna, se encuentra en prisión.
La policía ha encontrado el cuerpo de Bassi a pocos kilómetros de Parma, en la región de Collecchio, donde tiene su sede el grupo alimentario italiano. El contable había sido citado como testigo el pasado martes por la fiscal Antonella Ioffredi, que investiga la quiebra de Parmalat. Sin embargo, Bassi, que había colaborado en los interrogatorios, no estaba imputado en el caso.
Registro en el Deutsche Bank
Precisamente hoy, la policía italiana ha registrado la sede milanesa del banco alemán Deutsche Bank en busca de documentos que puedan arrojar luz sobre las operaciones financieras que llevaron a la bancarrota fraudulenta al grupo Parmalat.
Los fiscales centran su atención en los bancos que en los últimos tiempos gestionaron los préstamos en obligaciones de Parmalat, como el Deutsche Bank, con la intención de saber si conocían el estado real de las cuentas del grupo. Deutsche Bank gestionó en septiembre pasado un préstamo de este tipo por valor de 350 millones de euros, pocas semanas antes de que se descubriera que el grupo alimentario tenía un agujero financiero de al menos 10.000 millones de euros.
Los investigadores quieren aclarar la información que el banco ofreció a la agencia estadounidense de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P) para analizar la operación, y si hubo ocultación de datos en connivencia con la cúpula de Parmalat.
S&P era la única agencia internacional que calificaba los títulos y bonos de la multinacional italiana, y hasta el pasado 9 de diciembre no había advertido de ningún riesgo especial a los inversores. Las pasadas semanas la investigación del caso Parmalat llevó a registrar las sedes de otros bancos extranjeros en Italia, como los estadounidenses Citigroup y el banco de negocios Morgan Stanley.
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