El Parlamento y el Consejo zanjan sus diferencias sobre el coste financiero de la ampliación

El Parlamento Europeo (PE) y los Quince han alcanzado hoy un acuerdo definitivo sobre el marco financiero de la ampliación de la UE, tras numerosas reuniones celebradas en las últimas semanas, lo que despeja el camino para la aprobación del Tratado de Adhesión, en virtud del cual los 10 países candidatos serán socios comunitarios en 2004.

La Cámara europea celebrará mañana, miércoles, una votación histórica, en la que previsiblemente dará luz verde a la adhesión de diez nuevos Estados a la UE, en 2004 (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Hungría, Malta, Chipre, Eslovenia y Eslovaquia). El voto del Parlamento es vinculante dictamen conforme) y requiere una mayoría de miembros de la institución (314 de los 624).

Una vez superado el litigio que mantenían ambas instituciones comunitarias (Parlamento y Consejo) sobre el marco presupuestario de la ampliación, la cifra de diputados que darán su voto conforme podría superar los 500, según han informado los diferentes grupos.

La comisión de Presupuestos de la Cámara ha aceptado hoy la propuesta del Consejo de ampliar en 450 millones de euros el presupuesto para atender las políticas internas investigación, educación, infraestructuras) de los 10 países de la ampliación, de 2004 a 2006. A este acuerdo se llegó debido a la presión de los eurodiputados, que en un principio reclamaron que ese aumento debía ascender a 600 millones de euros.

El origen del desacuerdo

Las fricciones entre el Parlamento y los Quince surgieron en la cumbre de Copenhague (diciembre 2002), cuando los gobiernos de la UE decidieron, de forma unilateral, incluir en el borrador del Tratado de Adhesión (anexo XV) las partidas presupuestarias que se dedicarán a los países candidatos hasta 2007, y en asuntos agrícolas, hasta 2013.

Según el PE, la inclusión de este anexo, sin consultar previamente a la Cámara, pone en entredicho el papel presupuestario del Parlamento, que tiene poder de codecisión, por lo que pidió que se modificara o se eliminase.

Ante el rechazo de los Quince de dar marcha atrás, la Cámara europea pidió como contrapartida incrementar en 600 millones de euros el presupuesto para políticas internas de los diez futuros miembros, ya que las considera insuficientes, aunque tras sucesivas reuniones se ha acordado rebajar esa cifra hasta los 450 millones.

El texto parlamentario hace referencia a las relaciones exteriores, en particular a la necesidad de "hablar con una sola voz", pero también de reforzar los lazos transatlánticos para no defraudar las expectativas de los nuevos Estados miembros".