_
_
_
_
CONFLICTO LABORAL

Seis meses en el <i>campamento de la esperanza</i>

Los trabajadores de Sintel llevan medio año en mitad del Paseo de la Castellana.- 900 trabajadores pernoctan cada noche en chabolas

Llegaron un 29 de enero y montaron sus primeras tiendas y barracones en mitad de la noche. Y poco a poco el llamado campamento de la esperanza comenzó a crecer hasta dar cobijo y cama, cada noche, a 900 de los 1.818 trabajadores de la empresa. Llevaban ya varios meses, desde junio de 2000, en suspensión de pagos, con seis nóminas por cobrar.

Las cosas no fueron muy bien desde que Telefónica vendiera la compañía, en 1996, a la familia cubana Mas Canosa.

La retreta con que comenzaban la mañana a las 8.30 y la organización del campamento, dan cuenta del talante militar con que se ha afrontado la protesta diaria.

Durante todo este tiempo, el campamento se ha organizado respetando la estructura sindical de la empresa, cada comité con su parcela propia.

Más información
La asamblea de Sintel decide aceptar el plan del Gobierno y levantar el campamento

Los empleados de Sintel no dejaron nada a la improvisación a la hora de planear la llegada a la Castellana. Les llevó tres meses trazar las líneas del desembarco en la gran arteria madrileña. Una vez allí, y con el paso de los días, acabaron ganándose las simpatías del vecindario, los taxistas, los condutores de autobús y los barrenderos de la zona.

A los largo de este tiempo han conseguido lo que pretendían: movilizar a los medios y conseguir que les escuharan. Diversas manifestaciones a su favor y la visita de personalidades de la política, del espectáculo y las artes han servido para que los de Sintel ocupen una parte de la actualidad diaria.

Sus mujeres y esposas también les echan una mano. Unas semanas después de que montaran el campamento, 150 mujeres de Sintel se encerraron en la catedral madrileña de la Almudena. Después de 80 días abandonaron el templo, entre gritos de "¡vivan las mujeres!" de varios cientos de trabajadores desplazados al lugar.

Al final, y después de seis largos meses, los trabajadores de Sintel pueden regresar hoy, si todo sale bien, a sus hogares con sus reivindicaciones satisfechas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_