Rubalcaba salva la cara a Griñán
El jefe del Gobierno andaluz sucede por tercera vez a Chaves, ahora en la presidencia federal del PSOE - La dirección regional pierde peso en Ferraz
Salvar la cara a José Antonio Griñán. Esa fue casi la principal preocupación del nuevo secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante las largas horas de negociación con los dirigentes regionales para elaborar la ejecutiva federal.
Griñán ha sido uno de los grandes perdedores del 38 congreso que se ha celebrado en Sevilla, no porque apostase por Carme Chacón y esta se quedara a tan solo 22 votos de la secretaría general, sino porque muchos dentro y fuera de Andalucía se han sentido engañados con su actitud de neutralidad activa. Ha dejado bastantes rastros de que él y su secretaria de Organización, Susana Díaz, han puesto a muchos delegados entre la espada y la pared -o Rubalcaba o yo- cuando esa pregunta no figuraba en ninguna papeleta del congreso. El por qué Griñán ha jugado tan mal sus cartas algunos lo atribuyen a su falta de experiencia en la vida orgánica del PSOE. Frente a los másteres pesoísticos que acumula, sin ir más lejos, su número dos en la ejecutiva, Griñán es un párvulo. El apoyo de los griñanistas a Chacón no solo era porque calculasen que la exministra le sentaba mejor a Griñán en las elecciones andaluzas. También querían tener una buena atalaya en Ferraz para influir en los congresos regional y provinciales que vendrán después del 25 de marzo.
La forma elegida de recomponer la figura de Griñán ha sido la de cortar la cabeza de Manuel Chaves, al que sucede por tercera vez. En esta ocasión en la presidencia federal del partido. Anteriormente, también lo hizo en la jefatura del Gobierno autónomo -en la primavera de 2009- y en la secretaría general del PSOE andaluz -en marzo de 2010-. Y eso que el propio Griñán, desde hace semanas, venía negando cualquier interés por ocupar este puesto que consideraba muy menor en la dirección federal. La presidencia federal es más institucional y representativa. También había puesto sus reparos a ocupar los sillones que Chaves iba dejando.
Pero la presidencia federal era el único salvavidas posible para recomponer el maltrecho liderazgo del candidato socialista a la Presidencia de la Junta a menos de dos meses de las elecciones autonómicas.Fuentes próximas a Alfredo Pérez Rubalcaba aseguraron ayer que la solución la facilitó el propio Chaves al secretario general y al ex vicesecretario, José Blanco. "O le dais la presidencia a Griñán o tiene que irse", ponen en la boca de Chaves las fuentes consultadas.
Durante la larga noche donde se fraguó la ejecutiva, Griñán reunió a eso de la una y media de la madrugada del domingo a los ocho secretarios provinciales para comunicarles que había propuesto que todos ellos entrasen en la lista al comité federal, el máximo órgano de decisión entre congresos.
En esa reunión, fue el onubense Mario Jiménez el que puso voz a la petición de Andalucía para que Griñán ocupara la presidencia federal porque "lo contrario sería irracional", aseguran que dijo. Algunos responsables provinciales como el malagueño Miguel Ángel Heredia suscribieron esa opinión, pero otros callaron, entre ellos el gaditano Francisco González Cabaña y el sevillano José Antonio Viera.
La versión que facilitó el propio Griñán y Susana Díaz de la decapitación federal de su mentor fue la lectura reglamentaria de los estatutos del PSOE que limita en tres los mandatos en la ejecutiva federal. "Ningún cargo ejecutivo podrá ser ocupado durante más de tres mandatos", dicen las normas internas. ¿Es la presidencia federal un puesto ejecutivo? "En una interpretación legal, eso sería discutible", aseguró un miembro del equipo de Pérez Rubalcaba.
El secretario de Ciudad y Política Municipal, Gaspar Zarrías, no se anduvo por las ramas y aseguró que si Griñán es presidente federal fue por Chaves: "La decisión es un compendio en el que hay componentes humanos, personales y algún que otro de índole estatutaria, que es de segundo plano. La generosidad es el gesto que define a Chaves a la hora de que Griñán sea el presidente del partido", señaló rodeado de periodistas en un corrillo del congreso.
Las relaciones entre Griñán y Chaves son inexistentes, no hablan aunque se saludan. Ayer coincidieron en un pasillo del hotel donde se celebraba el congreso y hubo foto. "Estoy bien, me siento muy a gusto con el resultado del congreso. La presidencia es un honor", dijo Griñan, quien ante la pregunta de si se sentía perdedor respondió: "Si a uno le hacen presidente del partido y ha perdido, habrá que perder para ganar".
La tesis que pusieron en circulación la dirección regional es que también Chaves perdió en el congreso donde resultó elegido Zapatero al apostar por Bono y no pasó nada. Aseguran que la representación andaluza en la ejecutiva federal es la misma que en el 35 congreso, reconociendo así que el peso de Andalucía ha retrocedido respecto al que tenían hasta ahora. Además, la pretensión de Griñán era la de que un andaluz accediera como número dos de la ejecutiva federal.
Muchos dirigentes reconocieron que el PSOE andaluz ha salido peor de lo que entró en el congreso, el liderazgo de Griñán es más frágil y ya se puede hablar de un sector crítico regional a la dirección de San Vicente. Si hace unos días, y con ocasión de los llamados congresillos de elección de delegados, la interpretación más extendida en los sitios donde había habido dos listas es que se trataba de incendios provinciales, ayer ya algunos hablaban "de un sector crítico andaluz cada vez más articulado". En esta corriente contra el griñanismo estarían socialistas de todas las provincias, salvo de Granada y Huelva, por ahora. Ya empiezan a hacer números: dicen agrupar al 50% del partido. Todavía no hay una cabeza visible, pero aseguran que "se va a coordinar la acción".
En este clima, los socialistas cerrarán esta semana la elaboración de las listas electorales. Empezarán hoy con las propuestas que hagan los militantes en las asambleas. Las listas las proponen las ejecutivas provinciales, se aprueban en los comités, las revisa el comité regional de listas, las vuelve aprobar el comité director y finalmente el comité federal. Algunos vaticinan un lío espectacular porque habrá que casar minorías y mayorías, la opinión de Griñán y ahora, también la del federal. Probablemente, el primer trabajo que va a tener el secretario federal de Organización, Óscar López, va a ser la de actuar en las candidaturas andaluzas.
Ya ayer, el secretario de Cádiz, Francisco González Cabaña, propuso a Luis Pizarro como cabeza de lista por esta provincia. También el sevillano José Antonio Viera dijo estar encantado con que Griñán lidere la lista por esta provincia. Lo lógico y normal es que Susana Díaz, con la que ha mantenido un fuerte choque, ocupe el segundo lugar.
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