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El temporal obliga a cerrar pistas de esquí del Pirineo

Baqueira y La Molina funcionan bajo mínimos por la ventisca

La nieve finalmente no ha cuajado como se esperaba, pero el viento, que sopla con fuerza de componente Norte, ha acentuado la sensación de que lo más crudo del invierno ha llegado de forma repentina. Cualquier rincón de Cataluña puede ser lo mas parecido al interior de una nevera. Las temperaturas han bajado fuertemente y han congelado muchos puntos de Cataluña. A las bajas temperaturas se sumaron los fuertes vientos, que ayer obligaron a cerrar diversas pistas de esquí del Pirineo catalán.

Boí Taüll Resort, Grandvalira (Andorra), Espot Esquí, Port Ainé, Tavascan y Vallter 2000 fueron las que han optaron por cerrar debido a las condiciones meteorológicas desfavorables y a la mala visibilidad. El vendaval obligó, además, a limitar las actividades de las que están en funcionamiento. Así, Baqueira Beret, La Molina, Masella, Vallnord y Vall de Núria mantienen las pistas y los remontes en activo, aunque han restringido su actividad.

Boí registró la temperatura más baja de una jornada helada: -23 grados
El exceso de consumo deja sin luz unas horas a cientos de vecinos

Baqueira Beret tiene 17 pistas abiertas de un total de 120 y 10 remontes de 33; La Molina, seis pistas de 53 y tres remontes de 16, y Vall de Núria, tres pistas de 11 y tres remontes de cinco, con 0,8 kilómetros esquiables. En el caso de Masella, son 14 las pistas y 6 los remontes abiertos, y las cotas altas están cerradas por el temporal. Debido al viento, ayer únicamente estuvo abierto el sector de debutantes, mientras que el medio y el difícil se cerraron. La estación andorrana de Vallnord es la que menos ha notado el temporal y funcionó casi a pleno rendimiento: 62 pistas de 69 y 42 remontes de un total de 46.

El temporal ha comportado también riesgo de avalanchas en el Pirineo occidental: en Aran-Franja Nord Pallaresa es pronunciado, y en Ribagorçana-Vall Fosca y Pallaresa, moderado en la mitad norte y leve en la mitad sur. En el Pirineo oriental el riesgo también es alto en Ter-Freser solo por encima de los 2.300 metros; en la vertiente norte del Cadí-Moixeró y en el Prepirineo es leve, y en Perafita-Puigpedrós, moderado (solo en el extremo norte).

Por esa razón, el Departamento de Interior, dejando atrás la medida de alerta por nieve, inició ayer otros planes en fase de alerta tras registrar la madrugada del viernes una de las noches más frías en décadas, con zonas como Boí (Alta Ribagorça) con temperaturas de 23 grados bajo cero y Núria (Ripollès) con 18 bajo cero. La gestión de Interior ha hecho que se levantaran voces críticas por la excesiva prudencia ante un temporal de frío que, de momento, no ha generado grandes problemas.

De las tres medidas preventivas adoptadas por Protección Civil, una es el plan de gestión de emergencias por inundaciones (Inuncat) en las comarcas del Alt y Baix Empordà, la Selva y el Maresme, donde se produjeron ayer olas de hasta 2,5 metros de altura. Protección Civil aconsejó alejarse de paseos marítimos y rompeolas.

Interior también ha activado, en fase de alerta, el plan de emergencia por frío y viento (Procicat). Las bajas temperatura ocasionaron la congelación de tuberías en algunas poblaciones de la provincia de Barcelona, como Terrassa, Martorell, Sabadell y Mataró. Los responsables de Interior recomiendan a los ciudadanos que, para evitar congelaciones en las cañerías, dejen correr un chorro de agua en un grifo y tapen las llaves de paso con un trapo.

En Bolvir (Cerdanya), la caída de un transformador dejó sin luz durante horas a 220 usuarios y en Arenys de Mar (Maresme) unos 2.000 abonados tuvieron problemas en el suministro debido al exceso de consumo de energía. Unos 1.000 vecinos del barrio de Sants también permanecieron una hora sin luz.

El frío también creó placas de hielo en algunas carreteras, principalmente donde habían caído precipitaciones de nieve. Siete puntos de la C-28 en Vielha (Val d'Aran) resultaron afectados por la nieve y el hielo, y el acceso al puerto de la Bonaigua fue cortado debido al riesgo de aludes, según informó el Servicio Catalán de Tráfico (SCT).

La ola de frío siberiano ha llevado al Ayuntamiento de Barcelona a reforzar la teleasistencia a ancianos. Desde el inicio del episodio de bajas temperaturas, el Consistorio realiza una media de 3.400 llamadas diarias. También ha previsto alojamiento de urgencia para personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad.

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