Ibaka pica a Kevin Durant
El español eleva a 10 su récord de tapones en la NBA mientras piensa en los Juegos
Cada noche se suceden los piques en la NBA entre los jugadores estadounidenses y los españoles con vistas a una posible final entre sus selecciones en los Juegos Olímpicos. Si una vez son Ricky Rubio y Kobe Bryant los que se cruzan apuestas, otra son Serge Ibaka y Kevin Durant, compañeros en los Thunders de Oklahoma, los que se retan. "Tenemos ganas de cogerle en Londres", dice Durant, impresionado por la última demostración de poderío del pívot congoleño nacionalizado español: sus 10 tapones contra los actuales campeones del torneo norteamericano, los Mavericks.
Ibaka se comió a Nowitzki, al que dejó en ocho puntos, su segunda peor anotación de la temporada. Además, lanzó a su equipo al triunfo en Dallas (86-95) con un doble doble defensivo: 11 rebotes y 10 tapones. "Ha sido espectacular ver cómo ha obligado a Nowitzki a fallar tiros que normalmente son puntos seguros", dijo Durant; "poner 10 tapones no tendrá la espectacularidad de un mate, pero es algo excepcional".
El entrenador de Oklahoma, Scott Brooks, también se quitó el sombrero ante la mejor marca taponadora en la historia de la franquicia: "Tener a un jugador que rinde todas las noches en la defensa con este calendario tan exigente solo está al alcance de deportistas privilegiados y uno de ellos es Serge".
El ala-pívot cultivó su tremenda capacidad de salto desde que, siendo un niño en la capital de Congo, Brazzaville, donde vivía con sus 17 hermanos, madrugaba todos los días para subir una pequeña montaña y mantenerse en forma. Hoy es un bloqueador supremo, el mejor de la pasada temporada en la NBA, con 136 gorros, a 2,4 de media, el mismo registro que posee este curso, en el que está igualado curiosamente con uno de sus compañeros en la selección, Marc Gasol.
Vestido con la camiseta española, Ibaka ya voló cinco veces en la final del pasado Europeo contra Francia. De Colo, Seraphine, Parker, Diaw y Noah vieron cómo sus lanzamientos a canasta bajaban bruscamente hasta el suelo impulsados por una fuerza de la naturaleza que incluso llegó a golpearse la cabeza con el tablero. Ese día, el 18 de septiembre pasado, Ibaka cumplía 22 años.
"Tiene una cualidad única. Puede cambiar los partidos desde la defensa", explica Juan Antonio Orenga, ayudante de Sergio Scariolo en la selección. La federación utiliza las imágenes de aquel partido contra Francia como ejemplo para instruir a otros jugadores en las funciones de un pívot. La exuberancia física y la juventud de Ibaka son agua bendita para el equipo. Representan un recambio perfecto para la potencia de Marc y un complemento para la agilidad y la visión de juego de Pau Gasol. Durante su trayectoria en la NBA, Ibaka promedia dos tapones por partido por los 1,7 de Pau y los 1,5 de Marc.
Embajador de Unicef -cada tapón suyo en el Europeo se transformaba en dinero para proyectos benéficos-, Ibaka sigue volando en la NBA mientras pregunta una y otra vez por los Juegos Olímpicos y la vida en la Villa. Los piques con Durant no hacen más que motivarle.
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