Urkullu pide a la izquierda 'abertzale' que haga "pedagogía" con los presos
El líder del PNV reclama al Gobierno una política penitenciaria "más flexible"
Hay que lograr "un acuerdo entre todos los vascos" para que "todas las sensibilidades políticas tengan representación en el Parlamento" de Vitoria. Es el escenario que el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, planteó ayer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como paso previo a la construcción de un "nuevo tiempo" en Euskadi tras el anuncio del fin definitivo de la violencia de ETA
Para ello, el político vasco reclamó al jefe del Ejecutivo, con quien mantuvo una comida-reunión de alrededor de dos horas en La Moncloa, una política penitenciaria "más flexible y más dinámica", en alusión al acercamiento de los presos de la banda, según explicó en una comparecencia posterior al almuerzo. Urkullu, sin embargo, fue más allá y también pidió un esfuerzo al entorno de la izquierda abertzale, que "tiene que empezar un proceso de pedagogía con los presos", antes de aclarar que, en su opinión, "todos ellos son conscientes de eso".
El político vasco calificó a Rajoy de "receptivo", al igual que hizo López
La palabra que usó el presidente del PNV para definir al jefe del Ejecutivo ante estos planteamientos fue "receptivo", el mismo término que utilizó el lehendakari, Patxi López, tras su primer despacho con Rajoy. Si bien Urkullu no quiso entrar a valorar la postura del Gobierno, la prudencia habitual del presidente le llevó a afirmar que tiene la esperanza de que "sepa gestionar sus propios tiempos" en el proceso de normalización política del País Vasco. En cualquier caso, Urkullu aclaró que es consciente de la actitud más dura que existe en algunos sectores del Partido Popular en torno a esas cuestiones.
El líder del PNV no descartó tampoco que la gestión del final de la banda pueda incluir el diálogo con ETA. Aunque aseguró no haberlo hablado con Rajoy, estimó que si lo pudo hacer el Gabinete de José María Aznar durante la tregua, "por qué no va a ser posible ahora en un contexto de fin de la violencia".
El escenario de colaboración entre el PNV y el Ejecutivo no significa, sin embargo, que su partido se convierta en un socio del Gobierno. Lo destacó Urkullu momentos antes de insistir en que "Euskadi es una nación, independientemente de su estatuto jurídico-constitucional". El líder del PNV había aprovechado la víspera de la reunión para suavizar, durante una entrevista radiofónica, su mensaje soberanista, después de haber asustado al partido de Gobierno con su discurso tras su reelección, cuando pidió la salida de Euskadi de la Guardia Civil y apelar al modelo de Escocia.
A este respecto, trasladó al presidente la voluntad del PNV de fortalecer el autogobierno vasco y cumplir íntegramente el actual Estatuto de Gernika. Preguntado sobre el planteamiento del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, quien ayer abogó por una Constitución vasca "propia" que no entre en "contradicciones" con la española, Urkullu recordó, sin conocer esas declaraciones, lo que defiende su partido: los derechos de los territorios históricos como la "verdadera Constitución" del pueblo vasco, lo que por otro lado se "reconoce" en la Ley Fundamental.
El presidente del Gobierno, que no compareció tras la reunión, destacó a través de una nota de La Moncloa que el encuentro con el líder del PNV se centró "en la situación económica y las medidas imprescindibles para impulsar la creación de empleo", un pacto por el que el político vasco reconoce que es necesario un "sacrificio" de todos.
"En este sentido han repasado los resultados de la Cumbre Europea celebrada ayer", agrega el Ejecutivo, antes de liquidar el diálogo sobre el País Vasco con un genérico: "Además, han abordado la situación en Euskadi tras el último comunicado de ETA".
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