Dos años bajo tierra
Varada en un hoyo la mayor tuneladora de Madrid al paralizarse las obras del tren a Navalcarnero y Móstoles
En medio de la planicie queda un profundo hoyo en la tierra rodeado por una valla de dos metros de alto. Dentro se esconde un gigante de 10,5 metros de diámetro valorado en más de 17 millones de euros: la mayor y más avanzada tuneladora de Madrid, según afirmaron la Comunidad y la empresa adjudicataria del proyecto (OHL) durante la inauguración de las obras en 2009.
Ahora, la tuneladora duerme en las entrañas de la tierra abandonada a su suerte. Este mes se cumplen dos años de parón y el proyecto aún está lejos de retomarse. El Gobierno regional y OHL, propiedad del empresario Juan Miguel Villar Mir, continúan negociando "un proyecto viable", según han declarado ambas partes.Una explanada muerta se extiende como un desierto a las puertas de la urbanización Parque Coimbra a las afueras de Móstoles. Las huellas de la obra del tren de Cercanías que iba a conectar -en 40 minutos- Navalcarnero con la capital pasando por Móstoles todavía perduran después de años de abandono.
Aguirre prometió en 2003 ese tren, que prestaría servicio a 225.000 ciudadanos
OHL paró los trabajos alegando que no se cumplirían las previsiones
El nombramiento hace unos días del nuevo consejero de Transportes, Pablo Cavero, no agiliza las cosas. Su antecesor, Antonio Beteta, conocía el caso. Cavero, exdirectivo de la banca y sin experiencia en el sector, tendrá que estudiar el proyecto desde cero. Mientras, esta paralización afecta a más de 225.000 vecinos, que no han parado de reivindicar el tren que prometió Esperanza Aguirre en su programa electoral de 2003, año en el que ganó la presidencia regional por primera vez.
En 2007, la Comunidad adjudicó a OHL el concurso para la construcción del tren que uniría dos grandes municipios con la capital. Una de las razones de que el Gobierno regional eligiera esta compañía, según dijo en la Asamblea de Madrid Jesús Trabada, ex director general de Infraestructuras del Transporte, en marzo de 2011, fue porque eran los únicos dispuestos a asumir el 100% de la financiación, subiera o bajara la demanda de viajeros. En enero de 2010, OHL paró las obras y alegó que, por culpa de la crisis económica e inmobiliaria, su tren no alcanzaría el número de pasajeros calculado en su día y, por tanto, la empresa no ingresaría lo prometido. En respuesta a la paralización y al retraso del proyecto, la Comunidad impuso a la empresa una multa de 5,4 millones de euros que nunca llegó a cobrarle. OHL es una de las mayores concesionarias de la Comunidad y, en caso de que se rompiera el contrato, el Gobierno regional tendría que iniciar todo el trámite de concurso público en una situación económica precaria. Ambas partes son partidarias de llegar a un acuerdo, ya que el asunto podría acabar en los tribunales.
Los vecinos del Parque Coimbra, Móstoles y Navalcarnero sabían que los trabajos estaban parados. "No es ningún secreto. Hace años que no se mueve nada", aseguraron en la Junta de Distrito de Coimbra. Un vecino de Navalcarnero que trabaja en un restaurante de la urbanización cercano a la explanada señalaba las vallas que rodean toda la obra. "Ahí todas las noches se veía una luz. Era el guardia de seguridad", explicaba. "Hace casi un mes que ya no hay nadie. Unos obreros vinieron y se llevaron maquinaria ligera y el guardia no volvió".
Según el protocolo de mantenimiento, la máquina debería ponerse en marcha todos los días pero, por lo que dicen los vecinos, esa regla no se cumple. "Estamos presionando al alcalde de Navalcarnero para que se reúna con el consejero. Tememos que una de las soluciones que se están buscando sea no llegar hasta nuestro municipio", dijo Carlos Zaragoza, representante de los vecinos navalcarnereños del barrio El Pinar y San Andrés. El Ayuntamiento, gobernado por el popular Baltasar Santos, lo niega. "Nos han garantizado que llegaría hasta aquí. Además, la estación ya está hecha y nosotros siempre hemos reivindicado que se termine el tren", aseguraron fuentes del Consistorio.
En Móstoles, el recién nombrado alcalde de la localidad, Daniel Ortiz (PP), dedicó parte de su discurso de investidura al tren que iba a formar parte de la línea C-5 de Cercanías que nunca llegó en la fecha prometida, primero febrero de 2011 y, tras la sanción que nunca se impuso, mayo de 2013. Ortiz, elegido alcalde el pasado enero, pidió a la presidenta que "continúe impulsando el proyecto" y alentó el diálogo entre Gobierno regional y nacional, ambos del PP. "Quizás exista la posibilidad de buscar vías alternativas con el Gobierno de la nación y con las empresas públicas competentes", concluyó. Portavoces del Ayuntamiento mostoleño afirmaron que confían en que el tren llegue, aunque no sea en la fecha consensuada.
Mientras, los vecinos siguen esperando una hora para coger un autobús que los lleve a Madrid, haciendo cola a las seis de la mañana en la carretera que conduce a la capital. El proyecto, cuyo importe ascendió a 362 millones de euros, deja en suspenso una reivindicación vecinal histórica en Móstoles y en Navalcarnero.
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