Uno de los apoyos de Camps en el juicio, en el hotel del jurado
Reunión en el CJC del expresidente con Vicente Garrido y familiares
La espera por conocer el veredicto del juicio del caso de los trajes, que ha sentado en el banquillo al expresidente de la Generalitat Francisco Camps y al ex secretario general del PP Ricardo Costa por aceptar regalos de la trama Gürtel, dio lugar ayer a una situación extraña. Carlos Lirio, militante del PP y una de las escasas 15 personas que han seguido incansablemente las sesiones en la sala, siempre acompañando a la esposa del expresidente, Isabel Bas, o a otros familiares de los acusados, se encontraba ayer tomando un aperitivo en la terraza del hotel en el que se aloja el jurado.
El hotel, que se identifica perfectamente como el que aloja al jurado por los dos furgones de policía que vigilan la entrada, es el lugar al que acuden los nueve ciudadanos que integran el jurado cuando no están deliberando en la sede del Tribunal Superior de Justicia. Perturbar al jurado está tipificado como delito.
Lirio, un clásico entre el público que apoya regularmente a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en los plenos municipales, se hallaba en la terraza del hotel poco antes de que el jurado llegase allí para almorzar. En esa terraza pudo verse la noche del lunes, primera jornada de deliberación, a dos jurados tomar una cerveza.
El jurado del juicio contra Camps y Costa por aceptar regalos de la trama Gürtel deliberó durante el día de ayer sin alcanzar un veredicto. Los nueve miembros del tribunal deben responder afirmativa o negativamente a un cuestionario de 21 preguntas en las que se describe cómo se produjo el supuesto delito de cohecho pasivo impropio que se imputa a los acusados.
Una vez completado, el jurado deberá decidir si cada uno de los acusados es culpable o inocente. Tanto en un caso como en otro rigen las mismas normas de mayoría: son necesarios siete votos para declararlos culpables y solo hacen falta cinco para que sean absueltos. A medida que pase el tiempo sin alcanzar una de las mayorías necesarias, en un juicio que pese a su duración (26 días) se basa en hechos relativamente sencillos, ganará peso la idea de que el jurado está dividido. Aunque no hay límite temporal para que tomen una decisión, a la tercera votación en la que no alcanzasen ninguno de los quórum previstos en la ley, el magistrado que preside el tribunal debería disolver el jurado y reiniciar el proceso hasta formar otro nuevo. El juicio volvería a empezar.
El expresidente Camps se reunió anoche en la sede del Consejo Jurídico Consultivo (CJC) con el presidente de este órgano, Vicente Garrido, y familiares de ambos. Al encuentro también asistió la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, según algunas fuentes, que indicaron que los reunidos llegaron "exultantes".
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