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Entrevista:ANTONI MAYOR | Presidente de los hoteleros de Benidorm y Costa Blanca

"Fabra tiene que hacer una remodelación y poner a los mejores al frente de Turismo"

El Fitur más austero cierra hoy sus puertas. El más comedido en muchos años. La feria de turismo de Madrid se ha visto obligada a controlar sus excesos, una realidad muy visible en el pabellón valenciano. Y con unas finanzas públicas tan precarias, Antoni Mayor, presidente de Hosbec, cree que aún debería reducirse más la presencia institucional. Mayor también se muestra crítico con la política de promoción del Consell y con el actual equipo de la Consejería de Turismo, que considera "bastante flojo". El empresario reclama cambios a Alberto Fabra.

Pregunta. El turismo resiste mejor la crisis que otros sectores, pero pese a ello y a las grandes palabras de apoyo, la ayuda del Consell ha bajado. ¿Qué análisis hacen?

"Fitur se había convertido en los últimos años en una romería"
"Los que no tienen la culpa van a pagar el derroche"
"Para el mercado nacional somos un 'producto hacendado"
"Si las cosas no cambian, este verano será mejor que el anterior"
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Respuesta. El turismo en esta crisis, y creo que estamos en el epicentro y nos quedan aún cuatro o cinco años para decir que estamos saliendo, es un caso anticíclico. Aunque parece que nos han influido mucho las revueltas árabes en el último año, antes ya íbamos bien. La crisis ha demostrado que el turismo es un sector económico anticíclico y eso nos hace muy resistentes. A pesar de que los que tenemos por Valencia no entienden demasiado eso de preocuparse del turismo, vamos tirando y hay buenas perspectivas.

P. ¿Se puede decir que el sector funciona al margen de las ayudas públicas?

R. La promoción pública ha estado mal enfocada. Han tirado con pólvora de rey en muchas cosas. Ahora batallamos para hacerles ver la importancia del mercado ruso, que es una especie de El Dorado. Vienen sin que nosotros hayamos ido a por ellos. Con una curva de lo invertido en el circuito de fórmula 1, bien gastada en Rusia todos estaríamos con otra perspectiva, como los catalanes. Los rusos se han convertido en el primer cliente de Salou. Este turista es virgen, como los ingleses en los sesenta, con ansia de conocerlo todo, de hacer excursiones, de comprar. Vienen más semanas. Es un turista superinteresante y no solo para el sector turístico, porque cuando conocen la zona y viene dos o tres veces acaban comprando viviendas y hacen negocios. Y en Valencia no lo ven, están ciegos, en otra galaxia.

P. ¿Qué es lo que no están haciendo?

R. Si pusiéramos un poco de interés, los 15 vuelos que vienen este año al aeropuerto [de L'Altet] en dos o tres años se convertirían en 40 o 50 vuelos y, de rebote, a lo mejor volarían también a Valencia. Pero no acaban ni de verlo ni de tirarse de una forma decidida a apoyar. Nosotros sí vamos a hacer cosas: vamos a publicar dos páginas institucionales en todos los folletos de los touroperadores que vienen, en todos los parques temáticos. Es una especie de cruzada.

P. Desde hace años se anuncian planes turísticos, pero las cosas no cambian. ¿No se aplican?

R. Hay más planes que comida. Teorizan mucho, no está mal una reflexión, pero al final no se hacen muchas cosas. Alguien me decía que insisten en la marca Comunidad Valenciana, que, turísticamente hablando, cuando pasas del Pirineo no existe. Fuera hay que ir con la marca España y después con las marcas que la gente conoce, que son Valencia y Benidorm. Barcelona vende la marca Barcelona.

P. ¿Ha echado de menos a alguien este año en Fitur?

R. No, han vuelto algunos touroperadores que no venían antes y el tema institucional se ha aminorado. Queda mucho por aminorar, porque allí sobra mucho espacio. Tenemos dinero para comprar espacios que no se utilizan y luego no lo tenemos para ir a Rusia. En Madrid no tenemos que deslumbrar a nadie, porque la gente allí nos conoce. Las parafernalias aún tienen que adelgazar más. Las ferias son un intercambio entre la oferta y la demanda, un punto de encuentro.

P. ¿Se justifica este gasto en un momento en el que hay institutos a los que cortan la luz porque el Consell no paga la factura?

R. Hay que cortar esto, no podemos seguir así. Hay que utilizar bien los recursos.

P. Pero eso se sabía hace años y nadie dijo gran cosa.

R. Nosotros empezamos hace tiempo a decir cosas. Pere Joan [Devesa, anterior presidente de Hosbec] ya criticó la cena aquella de la Diputación con Zaplana, y otras comidas. Y encima allí no había ni un touroperador. Eso ha pasado a mejor vida. Formaba parte de un boom que ya ha pasado y han quedado las deudas. Vamos a pagar justos por pecadores, los que no tienen culpa van a pagar el derroche.

P. ¿Aún se hace negocio en Fitur?

R. Sí, se hace negocio y relaciones públicas. Las ferias son un termómetro. Contactas con diferentes mercados a la vez, cosa que de otra forma costaría más.

P. ¿Y cómo será el año turístico según el termómetro de Fitur?

R. Este verano, si las cosas no cambian, podemos tener una temporada mejor que la del año pasado, la mejor de los últimos 10 años. En estos momentos, los ingleses van un 13% por encima de 2011, los alemanes van un 14% más. A nuestra zona no vienen tanto los alemanes, pero cuando el mercado nacional y el de última hora no encuentran cama en los sitios donde sí van más, reservan aquí. El único mercado que nos preocupa es el nacional y el portugués, por la crisis y los ajustes. Pero por la comunicación que tenemos con el mercado nacional, somos un producto hacendado. Soy optimista sobre esta temporada.

P. Crecen las voces que cuestionan el modelo de Fitur y piden que se replantee. ¿Qué plantearía usted si le dejaran?

R. Fitur se había convertido en una romería. Había veces que en Madrid se acababa el marisco. Esto va a menos y creo que tiene que llegar a ser una feria profesional y lo político que tenga una incidencia más residual.

P. Al presidente Alberto Fabra se le olvidó mencionar a Benidorm cuando repasó en su primer discurso en Fitur las cuatro marcas turísticas. En su momento ya lo criticó. ¿Le da más importancia al tema?

R. No. Se lo perdono. Lo que sí tiene que hacer es una remodelación y poner a los mejores al frente de Turismo.

P. En pocos años por la Consejería han pasado cuatro responsables distintos.

R. Sí, esto va rápido. El equipo que hay creo que es bastante flojo, sabe poco de esto.

P. El alcalde de Benidorm, a raíz del olvido de Fabra, le recordó que no ha visitado la ciudad.

R. Sí ha estado. Antes de las elecciones generales, a finales de octubre, estuvo con algunos diputados en una reunión de trabajo. Yo le recordé la penuria de los Ayuntamientos. A lo mejor no ha ido a ver al alcalde, pero a nosotros sí que ha venido a vernos.

P. ¿Qué más le pediría al Consell?

R. No están como para pedirles, están para darles. Lo que sí pediría es un sentido del momento en el que vivimos y que todo lo que se haga tenga un retorno. No hay que invertir en cosas innecesarias. Hay que cuidar mucho lo que se hace, ser consecuentes, ir a lo necesario. Hay que tratar de que los municipios turísticos tengamos un servicio mínimo garantizado para que el turista esté a gusto y no encuentre deficiencias. Que no haya una huelga mañana porque no pagan a la basura o que corten la luz. Le pediríamos que haya consenso entre la clase política y que lo que se gaste se haga con mucho cuidado y que se vaya a cosas vitales. No estamos para historias raras.

P. ¿Que la crisis no salpique más al turismo, en definitiva, de lo que ya lo hace?

R. Sí, porque aunque no hemos hecho ningún mérito especial para pagar la crisis, la vamos a pagar todos nosotros y toda la sociedad. Pero hay otra dinámica ya. La crisis será una vacuna contra el despilfarro y el mal uso del poder. Nos dará posiblemente una lección histórica que durará mucho tiempo.

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