Garitano se esfuerza en cerrar la brecha abierta por su portavoz con el PNV

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, se ha convertido en el mejor bombero de los fuegos políticos que abre su portavoz foral y diputada de Infraestructuras Viarias, Larraitz Ugarte. El mandatario de Bildu tuvo que interceder ayer en la seria polémica abierta por esta última al acusar al PNV de incurrir en un desfase presupuestario de 247 millones de euros en la construcción de carreteras durante el anterior mandato. Sin llegar a enmendarle la plana, Garitano rebajó el tono de las insinuaciones de Ugarte sobre el destino de ese dinero, aunque aprovechó para volver a criticar la actuación de su antecesor, el peneuvista Markel Olano. El PNV, sumamente irritado, aseguró que Bildu ha cruzado "la línea roja" por verter acusaciones de "una posible malversación" de fondos públicos.

Ugarte: "Dónde ha ido a parar el dinero es sinónimo de mala gestión"

La recaudación fiscal en Gipuzkoa cayó el año pasado en 84,5 millones

La bronca entre Bildu y el PNV, que hace menos de un mes pactaron los presupuestos forales, tiene su origen las declaraciones que hizo el pasado martes Ugarte cuando se preguntó "dónde han ido a parar" los 247 millones de sobrecoste en la construcción de varios tramos de la autopista AP-1 (Eibar-Vitoria) y el Segundo Cinturón donostiarra de la AP-8. El PNV, que tiene en sus manos presentar o apoyar una moción de censura que desalojaría a Bildu del Gobierno foral, reaccionó exigiendo la dimisión "inmediata" de la portavoz por imputar de forma encubierta al equipo de Olano la comisión de un delito "grave" en la administración de Bidegi, la sociedad foral que gestiona las carreteras de Gipuzkoa.

Garitano decidió comparecer públicamente ayer para respaldar a Ugarte y, al tiempo, ajustar los términos de la crítica a los peneuvistas. El diputado general afirmó que la intención de su portavoz al destapar el "agujero" económico del anterior Gobierno foral (PNV-Hamaikabat) era criticar su "mala gestión", pero sin cuestionar "si es legal o no". Dijo que a Bildu le llama "poderosamente la atención" que en las obras promovidas por la Diputación el desfase oscile entre el 2% y el 10%, mientras que las licitadas por Bidegi se disparara entre el 38% y el 65% del coste inicial. Un tramo de la AP-1 adjudicado en 142 millones se liquidó en 202 millones, puso como ejemplo Garitano.

Ugarte consideró "incorrecto" que se le cuestionara si la Diputación de Bildu tiene dudas sobre el destino de los 247 millones, como se deduce de su expresión "adónde ha ido a parar ese dinero". Conocedora de que el PNV está dispuesto a llevarle ante los tribunales si mantiene sus palabras, Ugarte atemperó sus palabras: "Adónde ha ido a parar ese dinero es sinónimo de cómo se ha gestionado, cómo es posible que ocurra esto".

La diputada de Infraestructuras Viarias ha esperado hasta ahora para hacer públicos los desfases económicos porque es cuando ha tenido la "certeza" de los mismos y es el "momento justo". La bronca entre Ugarte y Olano llega justo después de que el PNV forzara una amonestación sin precedentes de la Mesa de las Juntas Generales a la portavoz por responder de malos modos a una pregunta escrita de los peneuvistas. Ugarte se ganó la reprimenda de la Cámara por contestar escuetamente que los pagos pendientes del Segundo Cinturón se harán "con dinero".

Al observar que el intercambio de acusaciones entre la portavoz foral y el PNV iban en aumento, Garitano optó por mediar en la polémica y aclarar que el Gobierno de Bildu no ha empleado el término malversación de fondos públicos. "En lugar de pedir dimisiones, lo realmente sensato sería", aconsejó el mandatario al PNV, "pedir cuentas de esa mala gestión [en Bidegi] y mirarse en el espejo".

Es la segunda vez que Garitano comparece públicamente para proteger a la portavoz foral. La anterior ocasión lo hizo para garantizar que Ugarte no había cometido ninguna irregularidad cuando su nombre apareció públicado en el Boletín Oficial de Gipuzkoa por el cobro "indebido" de la renta básica entre 2006 y 2009.

Tampoco es nueva la crítica de Ugarte a la gestión realizada por los peneuvistas al frente de Bidegi. En octubre pasado calificó de alarmante la situación financiera de esta sociedad, que acumula un déficit de 900 milones de euros.

En este contexto económico, ayer se dio a conocer que la recaudación en este territorio cayó el año pasado en un 2,3% con respecto al ejercicio anterior. En 2011, se ingresaron un total de 3.596,7 millones de euros, 84,5 millones menos que en 2010 y 343,3 millones por debajo de los que se había presupuestado.