Arenas se teme una herencia terrible y anuncia reformas y tiempos difíciles

Javier Arenas confía en que en las elecciones autonómicas del 25 de marzo saldrá de la lista de espera de los gobernantes, en la que ya es el único dirigente del PP que queda, según bromeó ayer con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el penúltimo que salió de ella. Pero está convencido de que cumplir el sueño de convertirse en presidente de la Junta de Andalucía al cuarto intento le supondrá afrontar una situación muy difícil que requerirá "sacrificios".

En la convención regional que el PP celebra desde el viernes en Málaga, Arenas ha empezado a curar en salud a los suyos, a los que ayer dijo estar preparado para lo peor. "Estoy seguro de que el Gobierno del cambio en Andalucía se encontrará un agujero más significativo del que ha recibido el Gobierno de Rajoy en España, que ya es decir. Lo sabemos, lo intuimos y estamos preparados desde este momento para afrontar el reto desde la austeridad y la reforma", proclamó con severidad.

El presidente regional del PP felicitó a Rajoy, que en Málaga celebró su primer acto público desde que es presidente, por "haber cogido por los cuernos el Miura de la crisis" y decir la verdad desde el primer momento a los ciudadanos, y dijo esperar "como agua de mayo" las anunciadas reformas del Gobierno central. "El camino es claro, todos tenemos que sacrificarnos, menos los parados y los pensionistas".

Arenas prometió que si es elegido presidente de la Junta no gastará más de lo que ingresa y que "no saldrá un solo euro que no lleve la firma de los funcionarios y del interventor".

Además de pedir a Rajoy ayuda para abandonar la lista de espera de los candidatos derrotados, Arenas añadió el reclamo de un cambio en el modelo de financiación autonómica, aún tras reconocer que no es el momento oportuno de hacerlo, porque dijo que "el que pactó Zapatero con Ezquerra Republicana de Cataluña sitúa a Andalucía como la última comunidad en ingresos".

La convención regional del PP en Málaga se ha centrado en abordar asuntos económicos -su epígrafe es Pymes, autónomos, jóvenes y empleo- y como repitió insistentemente Rajoy, el empleo y el crecimiento económico son el único objetivo de todas sus políticas y medidas. Para afrontar las soluciones al problema del paro en la comunidad autónoma, la dirección del PP reunió en su convención al presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Santiago Herrero, y a los secretarios generales de CC OO, Francisco Carbonero, y de UGT, Manuel Pastrana, que dejaron patente sus discrepancias acerca de la reforma laboral, por más que durante la mañana tanto la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, como Rajoy, la consideraran indispensable y apelarán en sus discursos a la responsabilidad de los agentes sociales para apurar todos los esfuerzos necesarios para lograr un acuerdo.

"No es prioritaria", insistieron los dirigentes sindicales, que dijeron que no será determinante en la creación de empleo y recordaron que con la misma legislación laboral que ahora se crearon empleos en los años de expansión y que hay grandes diferenciales de paro entre las comunidades autónomas. El presidente de la patronal, en cambio, insistió en que la "rígida" legislación laboral española es la culpable de que haya un gran diferencial de paro con Europa y, frente a la defensa de la negociación colectiva de los sindicatos, abogó por "un sistema normativo flexible" que permita que se tengan en cuenta las circunstancias del mercado y particulares de las empresas.

Aunque no concretaron fórmulas para crear empleo, en lo que si estuvieron de acuerdo patronal y sindicatos es en considerar imprescindible una reforma de la formación profesional, potenciar el servicio público de empleo para que se ajuste oferta y demanda, y reorientar los programas a los desempleados por iniciativas de recolocación. Y también coincidieron en algo que satisfizo a la dirección del PP, la disposición total a dialogar y ser flexibles en la negociación y la consecución de acuerdos.