Marcelino prende la mecha
El entrenador del Sevilla se queja de que sus órdenes no sean bien recibidas por los futbolistas, de que no jueguen siempre como un bloque y de la falta de ambición
"Si los futbolistas dicen que están encorsetados, están buscando simplemente excusas", afirmó ayer Marcelino García Toral en unas declaraciones que suponen en gran medida pegarse un tiro en el pie. Siempre cauto en sus manifestaciones, el entrenador del Sevilla vuelve a ser presa del virus que atenaza últimamente a todos los técnicos que llegan al club andaluz. Aterrizan en él avalados por los dirigentes, pero esa confianza se va rompiendo poco a poco.
Marcelino, que intuye que la eliminación, hoy, ante el Valencia en la Copa podría acabar con su periplo en el Sánchez Pizjuán, se soltó la lengua. "No somos durante los 90 minutos un equipo con un trabajo colectivo, con una idea común, con ambición. No sé qué dicen los jugadores fuera de micrófono, pero yo les doy libertad para que actúen con autonomía en el campo. Lo que les pido es sencillo", se quejó ayer.
"Si los jugadores dicen estar encorsetados, buscan excusas", dice el técnico
A Marcelino le han llegado los comentarios que muchos de sus futbolistas hicieron en el AVE de vuelta a casa después de perder (2-1) ante el Rayo Vallecano el pasado domingo. Hablaron de métodos tácticos que les encorsetaban y, en definitiva, de pérdida de confianza en un preparador que, a estas alturas de la temporada, presenta peores números en el Sevilla que cuando estuvo en el Racing o el Recreativo y que quedó marcado por el adiós a la Liga Europa en agosto en la fase previa.
En el fondo, con el presidente, José María del Nido, envuelto en un proceso judicial y con Monchi, el director deportivo, sin hablar en su defensa, los jugadores atisban debilidad en Marcelino. Al mismo tiempo que el Sevilla acumula cuatro derrotas consecutivas (tres en la Liga y una en la Copa), es séptimo y está fuera de los puestos europeos y a seis puntos del objetivo, la cuarta plaza, llegan los rumores sobre los contactos de la entidad con un posible sustituto. En concreto, con Quique Sánchez Flores, alguien que siempre ha sido del agrado de Del Nido.
"Quizá sea necesaria una pizca de coherencia en el fútbol. Hay que dejar trabajar a Marcelino. Confío en que su labor y la calidad de la plantilla lleven al Sevilla a lograr el objetivo de la cuarta plaza", dice de forma elegante Gregorio Manzano, técnico del equipo andaluz la pasada temporada. Manzano lo clasificó quinto y llegó a las semifinales de la Copa, en las que cayó ante el Madrid. Pero no gustaba. "No quiero hacer ahora leña del árbol caído, pero ahí está mi trabajo en el Sevilla", añade.
Del Nido se lanzó a por Marcelo Bielsa mientras a Manzano se le decía que no se estaba hablando con ningún entrenador. No se llegó a un acuerdo con el argentino, pero tampoco se renovó a Manzano. Entonces surgió Marcelino. "Me han impresionado la preparación y la ilusión que tiene por entrenar al Sevilla", declaró el presidente nada más fichar al asturiano, que no se fue gratis del Racing, con el que tenía contrato en vigor. Si el Sevilla no reacciona, será historia.
Resucita el Sevilla los problemas que ha tenido con todos los entrenadores desde la marcha de Juande Ramos, con el que el Sevilla logró cinco títulos entre 2005 y 2007. Manolo Jiménez fue el sucesor y logró en su segundo año, 2009, una meritoria tercera plaza liguera. Una mala racha en el tercero acabó, sin embargo, con el preparador andaluz, contestado por buena parte de la afición, que no admitía su estilo de juego. Jiménez, una apuesta del club, fue defendido a capa y espada hasta que un día, sencillamente, se le destituyó dando la razón a un entorno que pidió muchas veces su cabeza.
En el tramo final del curso 2009-2010 fue sustituido por el eterno segundo entrenador, Antonio Álvarez. Antes, Del Nido y Monchi realizaron un infructuoso intento por fichar a Luis Aragonés. A pesar del volantazo, el Sevilla ganó la Copa y quedó en la cuarta posición en la Liga en un canto del cisne de su pasado más glorioso. Álvarez renovó y cayó a la quinta jornada de la pasada campaña, siendo sustituido por Manzano, al que el propio presidente llegó a comparar con Juande después de ganar en su debut al Atlético.
Marcelino, sin Palop, con molestias, se la juega ante el Valencia. Tirará de toda su artillería: Navas, Reyes, Manu del Moral y Negredo.
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