Bélgica se niega a recortar ya los 2.000 millones que le pide la UE
Cinco países de la Unión Europea están amenazados de convertirse en los primeros en sufrir sanciones por superar el 3% en el déficit presupuestario. La consecuencia más evidente es una multa del 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB). En el caso de Bélgica, eso supondría unos 700 millones de euros. El Gobierno belga tiene hasta el lunes para cuadrar unas cuentas para 2012 que la Comisión sigue sin ver claras y para las que reclama ajustes de hasta 2.000 millones sobre los 11.300 ya recortados. El Ejecutivo se niega a más arreglos, de momento.
"La Comisión se equivoca", declaró ayer con aparente contundencia el ministro del Presupuesto, Olivier Chastel, "ningún Gobierno que se digne de tal nombre va a ahorrar 1.200 millones porque se lo exija la comisión de aquí al lunes".
Bélgica viaja en ese incómodo bote con Chipre y Malta, los tres de la eurozona, y con Polonia y Hungría. Los cinco deben respetar la disciplina fiscal y los cinco fueron advertidos en noviembre por Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos, de que tenían que enmendar sus presupuestos para 2012. Para Bélgica, la Comisión calculaba que el déficit se disparaba al 4,6% del PIB.
Ajuste insuficiente
Aquella advertencia hizo mella en quienes todavía estaban negociando el presupuesto y la formación de un Gobierno, Ejecutivo alcanzado finalmente a primeros de diciembre. El Gobierno belga se ha apretado el cinturón en 11.300 millones desde entonces, hasta llegar al 2,9% de déficit, con un crecimiento económico previsto del 0,8%. Tales cifras no tienen credibilidad para Rehn. Las juzga muy optimistas y eleva el descubierto hasta el 3,25%. De ahí que pida ajustes adicionales de entre 1.200 y 2.000 millones.
Un portavoz de la Comisión, Olivier Bailly, no quiso comentar ayer los intercambios entre el Ejecutivo belga y Rehn. Pero el tiempo acucia. Rehn reclama datos fiables para el lunes como muy tarde.
La idea del comisario de Asuntos Económicos es decidir sobre las sanciones el miércoles. "Si es necesario, haremos uso [del castigo]", dice Bailly, "pero no hemos llegado a conclusiones en los análisis de las situaciones [de los cinco países]". El Gobierno belga se reunió ayer para tratar del ultimátum y se reafirmó en sus datos. No hay 2.000 millones más que sacar de la chistera. "Esperamos convencer a la Comisión de nuestras cifras y demostrarle que se equivoca", insistió el ministro Chastel.
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