Dirige como juega, dirige como vive

Diego Pablo Simeone (Buenos Aires, 1970) dirige como jugaba. Cuando hoy debute como entrenador del Atlético en Málaga (22.00, La Sexta y Autonómicas), muchos recordarán el pisotón que como medio rojiblanco propinó en 1996 a Julen Guerrero, entonces figura del Athletic y curiosamente actual director de tecnificación de la cantera del club andaluz. Pero también harán memoria sobre las gestas de este argentino eléctrico, intenso e inagotable que ganó la Liga y la Copa aquel mismo año con el equipo madrileño.

No es casual que los hinchas del Atlético quieran tanto a Simeone, como han demostrado desde que sustituyó a Gregorio Manzano como técnico. El Cholo ha opacado la luz de los jugadores y se ha erigido en la estrella del conjunto. Al contrario de la endeblez transmitida por Manzano, sus futbolistas saben que ahora están en manos de alguien muy amado por el público. Simeone intentará recuperar la garra perdida por un club que ha logrado sus conquistas sobre la base del esfuerzo tenaz, el mismo que le caracteriza a él. Será necesario todo su ímpetu para levantar a un Atlético que solo suma un punto de 21 posibles en sus desplazamientos ligueros.

"Me gusta tener un equipo fuerte, aguerrido, veloz, contragolpeador"

Este porteño de 41 años debutó como entrenador en el Racing de Avellaneda a los 36, en 2006. Duró poco en él, pero sí lo suficiente para evitar el descenso a Segunda. Donde brilló fue en el Estudiantes de La Plata, el club que sigue la escuela de Carlos Bilardo, y en el River Plate. Con ambos consiguió las dos Ligas que ha obtenido desde el banquillo (en 2006 con el equipo platense y en 2008 con el bonaerense). Los dos cuadros ganadores se caracterizaron por un estilo de juego ofensivo, que insistía una y otra vez en los ataques hasta marcar el primer gol. A partir de entonces buscaban rematar el resultado con contragolpes.

El estilo de juego de los equipos dirigidos por Simeone no se caracteriza por el brillo ni el lujo, por lo que no desentonó en el Estudiantes, mientras que en el River algunos hinchas le acusaban de jugar como su archirrival, el Boca Juniors. El Cholo decía, cuando era futbolista, que había que jugar "con el cuchillo entre los dientes" y así se mueven sus conjuntos. No son defensivos, sino que se proyectan verticalmente hacia el área contraria, corren, presionan en la media y chocan con el adversario cuando es necesario. Simeone enchufa a sus jugadores y les imprime velocidad.

"Me gusta tener un equipo agresivo", dice Simeone; "me encantaría poder ver lo que en la historia siempre fue el Atlético, un grupo fuerte, aguerrido, contragolpeador, veloz". Su esquema de juego más habitual ha sido el 4-2-3-1, aunque hoy puede apostar por un 4-1-4-1 con Tiago por delante de la defensa y Falcao en punta. El Cholo es un gran motivador, aunque también ha despertado polémica entre sus jugadores cuando se alejó súbitamente del Estudiantes en 2007 o del Racing en diciembre pasado.

Simeone cambió el Estudiantes por el River porque quería dirigir a uno de los dos clubes más populares de Argentina. Debutó ganando el Torneo Clausura de 2008, pero en el siguiente certamen los millonarios acabaron los últimos y comenzaron el camino tortuoso que les llevó a Segunda en 2011. A finales de 2008, dejó el River y en 2009 comenzó su experiencia en otro club importante, el San Lorenzo, en el que quiso repetir el mismo estilo ofensivo que le caracteriza. Sin éxito.

A comienzos del año pasado se marchó al Catania para evitar su descenso a la Serie B italiana. Lo logró, pero en vez de quedarse para la siguiente temporada quiso volver al club del que es hincha, el Racing de Avellaneda. En él consiguió el segundo puesto en la Liga, pero renunció a los seis meses. Prefirió regresar al Atlético que tanto le amó como jugador. Simeone dirige como vive. Inquieto.